El presidente del Covirán, de huelga para salvar al equipo
Carlos Marsá, el presidente del Covirán Granada de baloncesto, inició ayer una huelga frente al Ayuntamiento. Tomó una manta, un saco de dormir y una esterilla y dijo que se quedaba a vivir allí para reclamar la inmediata recalificación urbanística de dos parcelas de su propiedad cuyos beneficios, según el convenio firmado con el municipio, iban a repercutir sobre el deporte local y sobre el club de baloncesto, que ha de ampliar capital en 100 millones para saldar sus deudas.
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