El Joventut hace sonrojar al Madrid
El equipo badalonés, con una fulgurante salida, superó a un grupo madridista errático
En lo individual y en lo colectivo, el Real Madrid expuso en toda su extensión la confusión en que vive. Su visita a Badalona no podía llegarle en peor momento. El Joventut es un equipo que no guarda las formas y que va a saco a por la victoria. Es uno de los méritos de Julbe: haber inculcado a su grupo un espíritu desinhibido y lúdico. A veces, hasta en exceso. Pero se agradece que si por algún lado va grande una propuesta, sea precisamente por ése. Salió el Joventut en estampida y pasó por encima de un Madrid paralizado por el vértigo. No tuvo a quién encomendarse el equipo madridista. Sus líderes naturales no estuvieron por la labor. Bodiroga fue engullido por Espinosa, y Herreros, por todo. No estuvo a su mínimo nivel habitual, y tampoco la dinámica de grupo le favoreció porque ni encontró posiciones para el tiro ni se le facilitaron caminos para ello. Arlauckas reapareció después de haber purgado durante algunas semanas el castigo por su bajo rendimiento y su escasa predisposición, pero tampoco dio indicios de mejora.El Joventut siempre fue dos pasos por delante del Real Madrid. Julbe planteó un arranque a mil por hora que puso en marcha el colosal poder reboteador de Beard y que mantuvieron a toda pastilla Turner y Espinosa. El Madrid, encima, dio muchos metros en su defensa exterior y encajó hasta cinco triples casi consecutivos. El Joventut se disparó en el marcador: 30-13.
Los detalles fueron reveladores. Espinosa era capaz de mantener a raya a Bodiroga, de fin, agilizar el contraataque y de meterle un tapón a Mijailov; Murcia, de capturar un rebote ofensivo entre Mijailov y Arlauckas; Corrales, de mantener el tipo ante Santos y Antúnez; Julbe, de ir un paso por delante de Miguel Ángel Martín con una defensa en zona y con momentos en Ios que optó por alinear dos bases y un sólo pívot.
Dadas las circunstancias, para el Madrid constituyó toca una hazaña rebajar los 10 puntos de desventaja. Lo hizo cuando Santos se liberó un poco en ataque y mandó él mismo y Mijailov iniciaron una defensa presionante casi por toda la pista sobre Turner y Beard. Pero cuando mejor lo tenía (57-53), el Madrid volvió a ser vencido por la mano. Nada aportó el banquillo madridista y la forma en que trató el Madrid de superar la defensa badalonesa en los últimos minutos pasará a la galería de los horrores del campeonato: perdió balones con una facilidad pasmosa e intentó jugar a la ruleta de los triples sin ningún convencimiento ni sistema. El Joventut, en cambio, nadó como pez en el agua y se repartió la gloria con solidaridad. Se ratificó en Badalona: hoy por hoy, ésta es la Liga con más alternativas abiertas al dominio secular de los dos grandes. El Joventut vuelve a estar entre ellas.
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