Balaídos sigue siendo inexpugnable
La ingenuidad del Celta en el área le hizo vivir al borde del colapso en otro partido que gobernó a su antojo. Los problemas con el gol que muestran los de Irureta evitaron al Espanyol regresar a Barcelona con un saco cargado de balones; pasaron los de Camacho por Balaídos sin dejar una gota de fútbol, pero se beneficiaron del indulto y asomaron el fantasma de un gol tardío que hubiese hecho estallar el estadio vigués.El Celta no devolvió en su área lo que perdonó en área ajena, de forma que se asió con firmeza a un tanto de Sánchez y sacó adelante un partido dramático. Balaídos sigue siendo inexpugnable. El gol castigó una de las escasas fisuras que abrió la defensa visitante en toda la primera mitad. Venía mostrando el equipo catalán una gran coordinación en el repliegue a la que puso fin Michel Salgado con un centro que colocó dentro del área y que Sánchez remató de forma inverosímil. Estaban avisados los blanquiazules, que llevaban cinco minutos instalados en el área achicando todo lo que caía. Incluso Revivo estrelló un balón en el palo apenas un minuto antes de deshacer el empate.
Aunque a disgusto a Camacho no le quedó más remedio que saltarse el centro del campo con pelotazos dirigidos a Esnaider y Ouedec, pero sólo alguna salida en falso de Dutruel y Galca a balón parado dieron opciones al grupo de Monjuic. El rumano añoró a Brnvic en el centro del campo y la presión de los de Vigo le impidió coser fútbol en territorio del Celta. Y cuando Camacho recurrió a Luis para enganchar con los hombres de ataque, Irureta reaccionó y tapó con Ito la zona ancha.
Lo que ocurrió en el tramo final fue un perdón constante de los de Irureta. Sus problemas con el gol hicieron vivir momentos de angustia a los aficionados de Balaídos, como cuando Ouedec cazó un balón sobre la línea del área y ajustó tanto el balón al palo que dio la impresión de que Dutruel no llegaría.
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