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El Tribunal Constitucional turco disuelve el partido islamista, el más votado del país

El Tribunal Constitucional turco eligió un viernes, el día santificado por los musulmanes, para consumar la disolución del islamista Partido del Bienestar (Refah), el más votado en las últimas elecciones legislativas (21% de los sufragios). Necmettin Erbakan, su líder y primer ministro en Ankara desde junio de 1966 al mismo mes de 1997, fue también condenado ayer a cinco años de inhabilítación política por la misma razón: "atentar contra el Estado laico". Ante la esperada sentencia -los militantes ya habían sacado los muebles de las sedes del Refah- Erbakan se limitó a pedir calma a sus seguidores.

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"El Refah ha sido disuelto por sus actividades contra el régimen laico, en los términos de la Constitución y de la ley de partidos políticos". El presidente del Constitucional, el juez Ahmet Necdet Sezer, convocó a primera hora de la tarde de ayer a la prensa para dar cuenta de la ilegalización de unpartido que controla 150 de los 550 escaños del Parlamento y al que están afiliados 4,2 millones de turcos. Nueve de los once jueces fallaron a favor de la disolución, que fue solicitada el pasado mes de mayo, cuando Erbakan aún ocupaba la jefatura del Gobierno, por el fiscal general de Turquía, Vural Savas. La policía desplegó fuertes medidas de seguridad en Ankara y Estambul, pero no se produjeron incidentes.En realidad, la condena ya estaba firmada desde hace casi un año por el Ejército, último guardián del Estado laico fundado en 1923, entre las cenizas del Imperio Otomano, por Mustafá Kernal, Ataturk. Desde el todopoderoso Consejo Nacional de Defensa, los generales de Ankara dieron el pasado febrero la definitiva voz de mando al Gobierno de Erbakan para que detuviese su política de progresiva islamización de la sociedad. Cuatro meses después, el primer ministro islamista dimitió, incapaz de soportar las continuas presiones de la cúpula de las Fuerzas Armadas.

El ex primer ministro islamista es condenado ahora por el Constitucional, que le culpa de haber recibido en su residencia oficial a miembros de sectas musulmanas defensoras de la sharia (ley islámica) y de financiar a través de su partido un canal de televisión que difundió consignas en favor de la yihad (esfuerzo, guerra santa).

Interrogante

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Pero el fallo del Constitucional no deja sentado que el Partido del Bienestar haya llamado al uso de la fuerza o recurrido a la violencia. Los jueces tan sólo se interrogan sobre el significado de unas declaraciones de Erbakan relativas a "la conquista del poder". "La cuestión sin resolver", reza la sentencia, "es si se llegará al poder con o sin derramamiento de sangre".

Tanto Erbakan como otros cinco destacados diputados de su partido, como el ex ministro de Justicia Sevket Kazan, han sido inhabilitados para toda actividad política durante cinco años y privados, en consecuencia, de sus actas de parlamentarios. La medida entrará en vigor en cuanto la sentencia sea publicada en el diario oficial del Alto Tribunal.

Los jueces del Constitucional también acordaron confiscar todos los bienes de la organización y transferirlos al Tesoro Público. Los magistrados ya habían anticipado esta misma semana la medida cautelar de no entregar al Refah los fondos correspondientes a la financiación pública de los partidos para este ejercicio. Así que en los últimos días, en la mayoría de las sedes de la organización, los militantes han trasladado a sus domicilios muebles, archivos, aparatos de televisión y ordenadores, bajo el pretexto de que se trataba de bienes de su propiedad que habían sido prestados temporalmente al partido, según informaba ayer el rotativo en lengua inglesa Turkish Daily News.

A finales del año pasado, varios dirigentes islamistas, encabezados por el alcalde de Estambul, Tayip Erdogan, fundaron un nuevo movimiento islamista llamado Partido de la Virtud, con la intención de reanudar la actividad política contando con la ya entonces previsible disolución del Refah.

A partir de 1960, tras el primero de los tres golpes de Estado militares que han jalonado la historia contemporánea de Turquía, han sido ilegalizados más de 40 partidos, en su mayoría comunistas, pro kurdos o islamistas. La tradición política turca tolera, sin embargo, que los militantes de estas organizaciones se reagrupen bajo una nueva denominación tras maquillar sus estatutos. Por el momento, los 145 diputados islamistas del Parlamento dejarán de estar adscritos al grupo del proscrito Partido del Bienestar y pasarán a ser considerados como diputados independientes.

El actual primer ministro turco, el conservador Mesut Yilmaz, lamentó ayer la decisión del Tribunal Constitucional. "En una democracia, este tipo de medidas [la disolución de un partido] son siempre lamentables", aseguró Yilmaz, quien también aconsejó a Erbakan que haga una "autocríti-ca" sobre las razones que han originado la ilegalización.

Los países occidentales, por su parte, reaccionaron con inquietud y preocupación ante el fallo del Tribunal Constitucional de un país miembro de la Alianza Atlántica y asociado económicamente a la Unión Europea. Un portavoz de la Embajada británica en Ankara expresó ayer en nombre de la presidencia de los Quince "la preocupación por las consecuencias que para el pluralismo político y la libertad de expresión tendrá la disolución del Refah". EE UU también se sumó al coro de voces de condena. "[La ilegalización] daña la confianza en el sistema democrático y multipartidista en Turquía", afirmó James Rubin, portavoz del Departamento de Estado.

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