China se salva de la expulsión

Los últimos cuatro casos de dopaje descubiertos en el equipo chino pueden provocar un verdadero terremoto en este deporte. La Federación Internacional de Natación Amateur (FINA) anunció ayer que no se suspendería al equipo chino de la competición, porque los últimos dopajes han sido con diuréticos, no con anabolizantes, e indicó que la expulsión de los cuatro nadadores que han dado positivo y las sanciones de la bracista Yuan Yuan y su entrenador son suficiente castigo. Las federaciones nacionales, sin embargo, exigen más rigor. Ayer, Suecia condenó durísimamente todo lo ocurrido y anunció ya su boicoteo a la Copa del Mundo de febrero en Pekín.

La decisión de la FINA de mantener a la China en los próximos Mundiales pese a los cuatro nuevos casos de dopaje que se hicieron públicos el miércoles puede costarle una declaración de guerra de un sector de las federaciones nacionales, que consideran inaceptable la tibieza del organismo internacional en la persecución del uso de sustancias prohibidas.

" La sustancia que ha aparecido en los análisis de los cuatro nadadores chinos no es más que un diurético", explicó en la conferencia de prensa que ofreció ayer el sueco Gunnar Werner, secretario honorario de la FINA. "Y un diurético puede servir para acabar con los rastros de otras drogas o lo que ustedes quieran, pero la normativa de la FINA no prevé que se excluya a ningún equipo de la competición por la ingestión de esta sustancia. Sólo por anabolizantes. Se han adoptado medidas contra los culpables, y sobre cada uno de ellos puede caer una suspensión de dos años".

La federación sueca ha sido la primera en declarar la guerra formal a China, pero no se descarta que en los próximos días haya nuevos pronunciamientos de otras federaciones. Y los chinos siguen negando la mayor. El presidente de la federación china, Yuan Jiawei, se sometió ayer, por segunda vez en lo que va de campeonatos, a un tercer grado por parte de la prensa, pero se comportó como un heroico prisionero de guerra: no soltó prenda. Se limitó a decir que el dopaje no es un problema sólo de los chinos, sino una práctica extendida también a otros países". Jiawei aseguró que tanto los nadadores que dieron positivo en el control del día ocho como la bracista Yuan Yuan recibirían "un castigo severo de la Federación". Eso fue todo. Lo peor del escándalo de los chinos es que aún no se puede descartar que en los próximos días aparezcan nuevos casos. "Aún no podemos saber si hay otras personas que hayan dado positivo o no", dijo Wemer.

Y sin embargo, los nadadores chinos han batido todos los récords de la historia de las sanciones por dopaje de la FINA. Con los cuatro últimos casos detectados, el número de nadadores chinos sancionados en los últimos siete años por consumo de sustancias prohibidas asciende a 28, cuando el total de nadadores de todos los demás países desde 1972 es de sólo 16. Las cifras cantan contra China. Y las sospechas continúan.