Un enamorado del euskera
El asesinato de José Ignacio Iruretagoyena Larrañaga, Iru, de 35 años, dejó ayer como "hipnotizados" a los vecinos de Zarautz que le conocían y veían como "un chico discreto y enamorado de su familia" -estaba casado y tenía dos hijos-, a la que dedicaba el tiempo que le dejaba libre el negocio familiar de maderas y su trabajo en el Ayuntamiento.Las dos tareas las había heredado de su padre, Cándido, de 70 años, un hombre de caserío nacido en la cercana Aia, fundador en Zarautz de la primera agrupación de la antigua Alianza Popular y que en la pasada legislatura fue edil por el PP. Cándido, vascoparlante neto, había tenido una estrechísima relación con Gregorio Ordóñez, concejal del PP en San Sebastián que fue asesinado por ETA en 1995. "A donde tú vayas iré yo", le decía.
Inmaculada, la hermana de José Ignacio, que también trabaja en Maderas Iruretagoyena, donde se enteró del asesinato, no terminaba ayer de dar crédito a la tragedia: "¡No es posible!", exclamaba; "él era uno más del pueblo; no tenía miedo porque era de Zarautz, del pueblo vasco".
Iru nunca había demostrado inclinación hacia la política, pero se afilió al PP hace cuatro años siguiendo la estela de su padre. El párroco de la localidad, Ramón Aginaga, le definió como "un hombre del pueblo; una persona íntegra, de carácter vivo y que iba de casa al trabajo y del trabajo a casa". Su única afición conocida era salir al monte a cazar con su hermano. Y sus dos hijos, Mikel y Eneko, de seis meses y tres años, con los que frecuentaba la cercana Azpeitia, de donde es natural su esposa, María Jesús Imaz, y jugaba en los soportales de Pilartxo Enea, la urbanización de la que salió ayer por última vez para dirigirse al taller familiar.
José Ignacio comenzó muy joven, a los 18 años, a trabajar en el negocio familiar. Cumplió la mili en la Cruz Roja como voluntario y en noviembre de 1980 participó en el auxilio a las víctimas, cuatro guardias civiles y seis vecinos, de un atentado de ETA.
Jakes, un joven de Gesto por la Paz, apunta que este atentado quizá persiga amedrentar a los ciudadanos, para que "en las próximas elecciones haya menos candidatos para la lista del PP".
Habitualmente, Iru hablaba en euskera. "Con nosotros hacía un esfuerzo para expresarse en castellano, pues no lo dominaba tan bien", explica Rafael Cara, también del PP en Zarautz. Incluso fue designado representante del PP en el Patronato de Euskera del Ayuntamiento de San Sebastián, donde permaneció hasta hace cuatro meses. "Era muy jatorra (noble) y trabajador", concluyen quienes le conocieron.
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