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Reportaje:

Austria se baña en la nostalgia de Sissi

Exposiciones y actos conmemoran el centenario del asesinato de la emperatriz

Austria conmemora en 1998 el centenario de la muerte de la legendaria emperatriz Elisabeth, Sissi, con una serie de exposiciones y otras atracciones turísticas. Según sondeos de opinión, después de Mozart, es Sissi el personaje más célebre de Austria, conocida en el mundo entero por las películas interpretadas por Romy Schneider. La consorte del emperador Francisco José fue asesinada el 10 de septiembre de 1898 por un anarquista italiano en Ginebra. La dramática muerte acentuó la mitificación de la bella emperatriz, de quien se decía que era la mujer más hermosa e infeliz de su época. En el mito de Sissi se encuentran numerosos detalles que recuerdan a la princesa Diana, fallecida recientemente también en una tragedia.

Sissi se había casado muy joven, a los 15 años. No soportaba el protocolo distante y frío de la corte, ni se entendía con su suegra. Padecía de bulimia y dedicaba gran parte del día a la gimnasia y al cuidado de su cuerpo. Con sus gustos poco convencionales, contrariaba a su nada flexible marido. Aprendió a rebelarse y a huir de su jaula de oro emprendiendo numerosos viajes y leyendo y escribiendo poesía.

Sin embargo, a diferencia de la princesa británica, a aquella chica nacida en Baviera le tocó jugar un papel importante en la encrucijada política de un imperio que estaba al borde del abismo. Después de la emancipación de Italia, también Bohemia, Hungría y otras decenas de territorios sometidos al dominio de los Habsburgo ansiaban su independencia, mientras proliferaban los movimientos liberales y nacía el socialismo en oposición a la monarquía. A todo esto se sumaba el amenazante avance de Prusia.

Francisco José se encontraba en un dilema representado por dos mujeres: mientras que su madre defendía los intereses centralistas contra las corrientes liberales, los partidarios de la autonomía húngara se ganaron la simpatía y el apoyo de la joven esposa del emperador. En 1867, Sissi celebró su victoria con el Tratado de Reconciliación que concedía la soberanía parcial a Hungría bajo la corona de los Habsburgo.

Pero el nacimiento del águila imperial bicéfala y la coronación de Francisco José y Elisabeth como reyes de Hungría no disiparon ni los nubarrones que oscurecían las perspectivas de supervivencia del imperio ni los que aturdían en su vida privada a la emperatriz, ya convertida en una mujer con un alto sentido de la independencia personal y con intereses intelectuales. En el último periodo de su vida, Sissi pasaba la mayor parte del tiempo viajando, huyendo de su marido y de los actos de representación. A su tristeza contribuyó la misteriosa muerte de su hijo Rodolfo en Mayerling, un supuesto suicidio que nunca fue esclarecido.

En este año conmemorativo se intentará esclarecer el sinfín de enigmas que hicieron de Sissi un mito. En París se publicarán las memorias de su asesino, Luigi Luccheni, que estando en prisión había escrito más de 200 páginas contando sus motivaciones; en Múnich se acaba de presentar un libro sobre las tres poco conocidas hijas de la emperatriz; Ginebra dedicará a Sissi una estatua y unas jornadas con conferencias y exposiciones, y Austria abordará el terna por todas las esquinas.

Bajo el título Hermosura para la eternidad, se presentará a partir del 2 de abril una triple exposición en Viena que observará el hábitat y la psique de Sissi. Otras muestras están dedicadas a la imagen que dieron los artistas y a la actuación política de la emperatriz. Las exposiciones se repartirán entre los edificios más monumentales de Viena, como el palacio imperial Hofburg, la Videoteca Nacional o el palacio y los jardines de Schoenbrunn. También se abordará su figura en un espectáculo multimedia, en un teatro de marionetas, en un show musical y en algún que otro concierto, mientras se organizan paseos tras las huellas de la misteriosa emperatriz.

En varios castillos y palacetes que Sissi solía frecuentar en los alrededores de Viena, el visitante podrá encontrar más detalles sobre sus artes ecuestres, sus viajes o su vestido de boda.

El punto culminante de la sissimanía será un festival al aire libre, con danzas y caballos, que tendrá lugar del 3 al 6 de septiembre en el balneario de Bad Ischl, en la alta Austria. Otras actividades se organizan por cuenta del comercio y del turismo austriaco, que saben que Sissi es un buen producto también en forma de chocolate, cristal de roca y otros souvenirs.

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