El Rayo enseña su peor cara sobre un césped infame
, Se enfrentó ayer el Rayo a demasiados enemigos. El primero, el Osasuna, un equipo de magnífico aspecto. Pero también se enfrentó a un césped recién comprado y cuyo estado admite cualquier calificativo similar al de patético. Eso no justifica una derrota justa a más no pdoer. Pero sí atenúa el pobre espectáculo de un equipo que no ha nacido para el patadón.Y sobre la hierbecilla de Vallecas no es posible ir mas allá del pelotazo. Más que nada porque el balón no obedece. Circula anárquico, de acá para allá, idiota perdido. Es mejor mandarlo al aire. Así lo hizo el Rayo, que renunció a todos sus argumentos futbolísticos. Que son muchos.
El Osasuna enseñó sus credenciales a las primeras de cambio. A los diez minutos ya había hecho seis faltas. Ninguna violenta, cierto es. Se asustó el Rayo, incapaz de esgrimir nada bueno. Y no se llevó una derrota mayor porque los de Ortuondo siguen jugando con ventaja. Se llama Lopetegui. En el minuto nueve sacó una mano prodigiosa para desviar un disparo de Guréndez. En el 35, Markovic la pegó a tres metros del meta. A sus manos se fue la bola.
Y el Rayo, mientras, en el cuarto oscuro. No disparó hasta el minuto veinte, cuando José María mandó el balón a un balcón cercano. El cuadro madrileño estaba amarrado, dolido porque se veía obligado a echar al viento el balón. Y eso, para futbolistas como Ezequiel Castillo, es un sacrilegio.
Se llegó al descanso con un empate sin goles que mentía. Porque el Osasuna había merecido más. Supo aprovechar las bandas y soltar el balón con rapidez. Al cuarto de hora de la reanudación voló de nuevo Lopetegui para sacar un lanzamiento tremendo de Eduardo. Cinco minutos después, probó suerte Arteaga y el resultado fue el mismo. El Rayo se mantenía en pie gracias a su guardameta. Lo que viene siendo costumbre.
Con Onésimo perdido en sus protestas, el Rayo era incapaz de crear peligro. Lo hizo a duras penas, gracias a ese arrojo que no acostumbra a perder. Pero a cuatro minutos del final, el Osasuna aprovechó un nuevo error de la defensa rayista, macabra ayer, para llevarse un triunfo incontestable, que desinfla definitivamente a un equipo, el Rayo, que se ha creado demasiados enemigos.
Tras el partido, el cuadro rayista presentó a su nuevo fichaje, Daniel Noriega, un delantero venezolano de 20 años.
Otros partidos Villarreal, 3; Levante, 2. Ourense, 0; Badajoz, 3. Las Palmas, 1; Sevilla, 1.
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