Samaranch pide a Kasparov que recapacite

, El ajedrez sólo puede tener una federación mundial, y Gari Kaspárov debe reintegrarse en ella. Es el consejo de Juan Antonio Samaranch para terminar con el cisma del deporte mental. El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) efectuó ayer el saque de honor del Campeonato del Mundo en Lausana y aseguró que "el ajedrez ya forma parte de la familia olímpica". Otra cosa es el proceso para su inclusión en los Juegos Olímpicos, que va para largo.

En una conversación con EL PAÍS Samaranch aplaudió la vitalidad y el espíritu emprendedor del joven presidente [el ruso Kirsán Iliumyínov] de la Federación Internacional [FIDE] y consideró "muy positivo" el nuevo sistema de eliminatorias "para revitalizar la popularidad del ajedrez". El presidente del COI respondía así a las recientes insinuaciones de Kaspárov: "No me interesa el dinero proveniente del tráfico de drogas o de armas, o de la mafia, y como desconozco de donde lo saca lliumyínov, no juego el Mundial. Y no entiendo como Samaranch ha llegado a un acuerdo con la FIDU. El máximo dirigente del deporte mundial añadió: -Kaspárov debe recapacitar y dialogarcon la FIDE para que todos los ajedrecistas de élite estén bajo el mismo paraguas".

El COI ha aprovechado el debate sobre el ajedrez para buscar una definición exacta del deporte: "Aunque parezca mentira, dada su enorme importancia en los cinco continentes, no existe esa definición concreta. El ajedrez tiene a su favor el factor de la alta competición, que sin duda existe, y que está reconocido como deporte en unos 100 países. Pero, en apariencia, no se puede afirmar que sea una actividad física; sin embargo, sí sabemos que los grandes ajedrecistas cuidan mucho su entrenamiento físico. El asunto está todavía muy verde concluyó Samaranch.

Aunque se mostró preocupado por la ausencia de nieve en Japón para los Juegos de Invierno -"Aún tenemos un mes. Creo que la religión sintoísta también admite las rogativas, y ya ha nevado dos veces", broméo-, dio una respuesta paradójica al ser preguntado sobre su principal inquietud actual, una vez reelegido, a los 77 años, hasta el 2001 y con las finanzas del COI en perfecto estado: "Me preocupa mucho la ausencia de problemas. He marcado unos objetivos muy difíciles para que no nos durmamos en los laureles".