Los ajustes de fin de año y la tranquilidad en Asia desatan euforia en las bolsas occidentales
Los típicos ajustes de fin de año para que las carteras de los fondos de inversión luzcan un buen ejercicio y la relativa tranquilidad de los mercados asiáticos dieron ayer un nuevo empujón a las bolsas occidentales, que vuelven a rozar récords. La de Madrid cerró con una subida del 2,94%, 18,10 puntos, que coloca el índice general en 633,22 puntos, a menos de siete del máximo, alcanzado el pasado 2 de octubre. La Bolsa de Francfort: subió casi un 3%; la de París, un 2,37% y la de Londres, el 1,96%. El índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York anotó al cierre un avance del 1,47%
Las bolsas occidentales han hecho una cuestión de fe de la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) en los países del sureste asiático para frenar los efectos de la crisis. Todos los inversores tienen presente el nuevo préstamo de 1,5 billones de pesetas a Corea del Sur que el organismo internacional, con apoyo de 13 países industrializados, anunció el pasado 24 de diciembre.De hecho, la pequeña caída de la Bolsa de Tokio en la sesión de ayer (0, 19%), y la subida de un 1,5% de la de Hong Kong servían de base a una jornada en la que la finalidad estaba muy clara, mejorar la rentabilidad de las carteras lo más posible en las pocas sesiones que quedan para cerrar el ejercicio.
Para los observadores parecía claro, pues, que no había motivos inmediatos de preocupación en Asia. Tampoco en el lado occidental del mundo parece haber problemas, con las economías creciendo a buen ritmo y la inflación aparentemente controlada.
Elevada contratación
La Bolsa de Madrid se anotó una subida del 2,94%, 18,10 puntos, que lleva al índice general hasta el 633,22%, a menos de siete puntos del máximo (640,38 puntos) conseguido el pasado 2 de octubre. La de ayer fue la tercera mayor subida del año en porcentaje.La sesión también se caracterizó por el elevado volumen de contratación, 133.113 millones de pesetas. La mitad correspondió a la compraventa de acciones de Telefónica, Banco Santander y BBV. La operadora subió un 1, 8 1 %, en tanto quelos bancos ganaron un 4,5% y un 3,56%, respectivamente.
La Bolsa alemana apretó el acelerador aún más y el índice DAX Xetra subía el 2,97%, casi 123 puntos, mientras que en París el avance fue del 2,37% y en Londres, del 1,96%.
Nueva York también apostó por la subida de las cotizaciones. El índice Dow Jones registró un avance de 113, 10 puntos (1,47%), para quedar en 7.792,41. Sin embargo, el principal indicador neoyorquino queda lejos de sus niveles máximos del ejercicio, alcanzados a primeros de agosto. Se encuentra a más de 500 puntos, el 6% por debajo de aquellos niveles, ,a pesar de que la economía estadounidense crece con firmeza. El temor a las repercusiones de los problemas japoneses es mayor en EE UU que en Europa.
Para los observadores del mercado de valores, las subidas de ayer no tienen demasiado fundamento porque todavía no se han aclarado suficientemente los problemas en el sureste asiático, aunque ha quedado muy clara la posición occidental a través de las acciones y recomendaciones del FMI.
Corea del Sur ha sido la pista de aterrizaje de un planteamiento económico novedoso en el sureste asiático, que permitirá a las empresas occidentales acceder al coto cerrado de los negocios en Asia y los expertos descuentan que Japón no tendrá más remedio que ceder en este aspecto si espera algún tipo de ayuda de Occidente.
El problema es que las ayudas están muy concentradas y que el resto de los países de la zona también necesitan inyecciones de liquidez para no caeren la bancarrota, sobre todo después de las fuertes depreciaciones de sus monedas en los últimos meses.
La alegría de los mercados occidentales es, según los expertos, prematura, por lo que hay que relacionarla más con la necesidad de los gestores de carteras de valores y de fondos de inversión de mejorar sus rentabilidades. Tradicionalmente se conocen estos movimientos del cierre del ejercicio como maquillaje.
Para mejorar los precios no queda más remedio que comprar, con lo que los inversores particulares también obtienen un beneficio, bien por ser los vendedores, bien porque sus acciones se revalorizan lo suficiente como para comenzar el siguiente ejercicio con un valor añadido, una especie de colchón ante posibles problemas.
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