El espectador norteamericano empieza a dar la espalda a las grandes cadenas
Las grandes cadenas de televisión de Estados Unidos ya no luchan por conseguir más y más espectadores: compiten para no perderlos. El año que ahora termina, en el gran reino de la televisión, ha demostrado que el público comienza a perder el respeto a las networks, las cuatro grandes cadenas generalistas. En una propensión lenta pero inexorable, los espectadores acuden con frecuencia creciente a algunos de los cientos de "pequeños canales" y a las ofertas temáticas de cable o satélite. Es pronto para que esa "desviación" de la audiencia preocupe a los reyes televisivos, pero los dueños de ese pastel saben que cada vez hay más comensales.
De esa primera tendencia en el mercado actual de la televisión en Estados Unidos se deriva la segunda: las cadenas generalistas NBC, CBS, ABC y FOX) saben que su rankin cuelga del hilo de los programas que el público conoce, y eso hace que los directivos luchen por renovar contratos y que sientan auténtico pánico cuando se ven obligados a introducir nuevos programas en la rejilla. Es en este panorama en el que la industria de la televisión de este país de muestra su inigualable capacidad creativa. Series y telecomedias que llevan años en pantalla parecen revitalizadas cada semana, hay ingenio en los guiones, las tramas son siempre originales y los actores hacen un trabajo casi perfecto, hay cada vez más críticos seguros de que el auténtico talento audiovisual de EE UU ha saltado del cine a la televisión en la última década.
Cambios de ritmo
Las series que tienen un público garantizado no se conforman con ofrecer más de lo mismo y no viven de la altísima renta que les proporciona su posición en las audiencias. Urgencias, por ejemplo, comenzó la temporada en septiembre con un episodio emitido en directo desde el estudio en el que habitualmente dedican semanas a la grabación de cada uno de ellos. El experimento -y la campaña publicitaria que lo arropó- consiguió casi 43 millones de espectadores y logró, sobre todo, demostrar que se podría teatralizar una serie dramática y ajustarla en directo a los intervalos publicitarios. En otro episodio emitido hace algunas semanas la serie perdía por completo su identidad y se convertía en una road-movie: los protagonistas -Anthony Edwards y George Clooney- hacían en coche el trayecto que separa Chicago de California. No había unsolo plano rodado en el decorado habitual. Urgencias se emite en la NBC y sigue sólida en el primer lugar de las preferencias del público norteamericano. Seinfeld ocupa la segunda posición y sigue siendo -en su novena temporada- la telecomedia de mayor éxito en este país. La NBC se enfrenta dentro de unos meses al mayor problema' que ha tenido desde la desaparición de Cheers. Por un lado, Jerry Seinfeld acaba de renunciar a los cinco millones de dólares (750 millones de pesetas) por episodio que le ofrecía la NBC por una décima temporada, y en mayo acaba también el contrato actual con Urgencias; su productora, Warner Bros., podrá renegociar el precio que cobra por cada episodio, consciente de que tiene en sus manos el producto más rentable de la historia de la televisión.En un mercado en el que las grandes cadenas nunca estuvieron tan cerca, son las décimas en los índices de audiencia las que marcan una victoria o una derrota (la CBS acaba de ganar a la NBC en los datos de audiencia del último trimestre del 97). La fragmentación de la oferta ha permitido a la FOX conseguir en pocos años el lugar que ahora ocupa: es ya la cuarta cadena. La FOX ha sabido concentrar al público más joven (de 18 a 49 años, el sector más suculento para los anunciantes) mezclando productos seudodramáticos y carnosos (Metrose Place) con televisión de alta calidad. En la FOX está Expediente X (su creador, Chris Carter, se ha permitido incluso el lujo de hacer un episodio en blanco y negro), están Los Simpsons (revitalizados con guiones tremendamente sarcásticos) y están las dos revelaciones del año: Ally McBeal y King of the hill. La primera es la nueva serie de David E. Kelley, creador de Chicago Hope y Picket Fences, centrada en los sentimientos y los miedos de una abogada en un bufete en el que el cuarto de baño -mixto- se convierte casi en un personaje. King of the hill, telecomedia de dibujos animados, hereda de Los Simpsons el retrato cáustico de una familia media americana, cutre pero real. La crítica considera que es la serie más innovadora de la temporada.
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