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BALONCESTO: TORNEO DE NAVIDAD

El Madrid se entrena con Nueva Zelanda

Se disputaba el minuto 5 de la segunda parte y Mijailov corrió un contragolpe. Palabra. Le llegó a él la pelota y la incrustó en el aro. Entonces el ruso dejó de ser el jugador tranquilo, frío incluso distante de costumbre. Lanzó su puño al aire y su grito tronó en el Palacio. Esa escena pasaría inadvertida si no fuera por el momento que viven él y el Madrid, un equipo herido, que no parece saber bien dónde va. Y mucho menos cómo ir. La paliza de ayer ante un rival huérfano de todo lo que significa baloncesto es anecdótica desde el punto de vista competitivo. Pero no desde muchos otros. Porque para gente como Mijailov puede resultar una estupenda terapia. Quizá la mejor.El jugador ruso fue censurado duramente por Miguel Ángel Martín tras la derrota ante el Estudiantes. Dijo el técnico, textualmente, que Mijailov no se enteraba de nada. Si lo que pretendía Martín era cabrearle, ya lo ha conseguido. Y ello, más allá de la mínima enjundia de un rival caricaturesco, lleno de jugadores gordos en el sentido literal de la palabra gordo.

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El partido fue un paseo, muy a tono con el carácter festivo de estas fechas. Los niños se lo pasaron en grande, Martín hizo debutar a dos chavales de la cantera y Lorenzo Sanz jugó, por primera vez desde que pertenece a esta plantilla, 20 minutos. Ésos serán los detalles que queden en el recuerdo. Y, por supuesto, la ausencia de Arlauckas, cuya sanción puede durar, según declaró Miguel Ángel Martín, "un mes o lo que haga falta".

A los cinco minutos cualquier atisbo de conflicto estaba enterrado (12-3). Mijailov y Orenga dominaban los tableros y Angulo tenía la muñeca caliente. Sólo restaba comprobar hasta dónde subirían los guarismos. Tupu, su mejor hombre, con tres triples, apenas maquilló la escabechina. A cinco minutos del descanso apareció Antonio Bueno, un pivot de 17 años y 2,08, que enseñó unos magníficos fundamentos pese a que físicamente aún está por hacer. Al Madrid sólo se le puede achacar que un sucedáneo de equipo le robe 10 rebotes bajo su tablero. No hay más críticas.

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