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Descuido policial en la vigilancia a los croatas

La policía española pinchó por primera vez en mucho tiempo. La seguridad del desplazamiento a Madrid de los hinchas del Croatia Zagreb fue un rotundo fracaso. No hubo agentes en el aeropuerto para recibir al equipo y a sus seguidores, tampoco los hubo el lunes durante el entrenamiento, y los movimientos de los ultras croatas no estuvieron controlados. El descuido facilitó los incidentes. Sobre todo, el lunes, cuando unos 50 ultras croatas camparon a sus anchas y sin vigilancia alguna -hasta que a los 20 minutos llegó finalmente la policía- por el Vicente Calderón y causaron numerosos destrozos. También intentaron quemar una bandera serbia que colgaba del primer anfiteatro y que, según algunas versiones -así lo publicó ayer el diario La Vanguardia-, depositó personalmente Dusan Antic, hijo del entrenador del Atlético y empleado del club. Dusan negó ayer cualquier participación en el conflicto: "Yo no puse la bandera. Y además, que estuviera colgada no es algo nuevo. En todos los partidos hay una. Y mi única relación con los incidentes fue advertir a los seguidores croatas que si no se bajaban de la grada, vendría la policía".El caso es que el descuido policial no ha pasado inadvertido y ya se hay una investigación abierta para estudiar los porqués. No hubo vigilancia ni protección para los croatas, pero sí, sin embargo, para los portugueses del Oporto, que llegaron igualmente el domingo a Madrid para disputar otro partido. Llegaron menos acompañados de seguidores y, además, con una actitud más pacífico. Por contra, estaba claro que los hinchas croatas, skin heads en su mayoría, sí podían causar problemas. Sobre todo, cuando era evidente que se iba a tratar de politizar el enfrentamiento.

Los croatas no sólo provocaron incidentes el lunes. También, el martes, día de su partido contra el Atlético, aunque ahí la actuación policía sí fue efectiva. Los agentes retiraron las banderas y pancartas que pudieran desatar incidentes y cargaron con contundencia contra los hinchas croatas cuando fue necesario.

Guerra Pérez-Antic

La proximidad del Tenerife-Atlético del domingo ha servido para que se desenterrara el hacha de guerra de un caso que parecía ya cerrado, según informa César Fernández Trujillo. Javier Pérez, el presidente del Tenerife, volvió ayer a criticar duramente a Radomir Antic, el entrenador del Atlético: "Antic cometió muchas impertinencias e intentó bombardear y desestabilizar al Tenerife". En opinión de Pérez, el técnico quiso crear un problema alrededor del jugador serbio para que la entídad canaria accediera a su traspaso, algo que no ocurrió a pesar de que "a última hora, el Atlético llegó a ofrecer 2.000 millones de pesetas para quedar bien con algunas personas". Para rematar los ataques, el directivo afirmó: "Se queja demasiado, pero lo que debe hacer es arrodillarse ante un cura y pedir perdón por todo lo que ha hecho, en especial, con Jokanovic".Tampoco tuvo Javier Pérez palabras bonitas hacia el Atlético, del que dijo que "no es nada del otro mundo". Las palabras de Pérez aparecen tan sólo un par de días después de que Jesús Gil, el dueño del Atlético, anunciara que hoy iba a sacar los colores a un presidente. Y aunque no dio nombres, dejó claro que se refería a Javier Pérez.

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