Jaque, dólar y KO
La élite del tablero, sin Kaspárov, acepta eliminatorias a dos partidas con 750 millones en premios
De monjes a gladiadores. Los ajedrecistas ya no disputarán aquellos duelos larguísimos en ambiente monacal para designar al campeón. Un centenar de estrellas inauguran el Campeonato del Mundo de la Federación Internacional (FIDE) en Groningen (Holanda) con 750 millones de pesetas en premios y eliminatorias a dos partidas. El único superviviente se enfrentará a Anatoli Kárpov, actual campeón, a seis partidas del 1 al 9 de enero en el Museo Olímpico de Lausana."Aquí hay sangre todos los días". Esa famosa frase que el promotor Luis Rentero pronuncia cada año en Linares para destacar la alta combatividad del torneo será mucho más aplicable aún en Groningen, al norte de Holanda. Es improbable que los pronósticos se cumplan: cualquiera puede cometer un error grave; si lo hace con las piezas blancas en la primera partida, estará obligado a ganar con negras al día siguiente y también la muerte súbita a base de partidas rápidas.
El cáncer de los empates sin lucha, que tanto irrita a organizadores y patrocinadores, queda radicalmente curado: salvo raras excepciones, uno de los contrincantes siempre estará más motivado que el otro para buscarla victoria. Porque juega con blancas, porque perdió la víspera o porque piensa que su rival es más fuerte en la modalidad de partidas rápidas.
Quienes han realizado experimentos para demostrar el enorme desgaste físico que sufren los ajedrecistas de élite durante una competición de tres semanas tendrán un formidable laboratorio en Groningen, donde la tensión será tremenda cada día. Embravecidos por el olor a dólar, los segundones han llegado con las neuronas afiladas para cortar la ley del más fuerte. Si se exceptúa a los multimillonarios Kaspárov y Kárpov, su compatriota VIadímir Krámnik (2º del mundo), el indio Viswanathan Anand (3º), el búlgaro Véselin Topálov (5º), el ucranio Vasili Ivanchuk (6º), el español Alexéi Shírov (7º) y pocos más, el resto de los cien mejores del mundo vive modestamente, a veces con la necesidad del pluriempleo: dar clases, entrenar, escribir artículos...
Como efecto secundario, se teme que la espectacularidad vaya en detrimento de la calidad del juego y de la justicia deportiva. Pero el viaje a Groningen será rentable, incluso para los 34 perdedores de la primera ronda: 900.000 pesetas por dos días de trabajo, aunque tendrán que pagarse sus gastos de viaje y estancia. Los 34 vencedores se mezclarán con 28 exentos para eliminarse en la segunda con 1,8 millones para cada víctima; el bielorruso Borís Gélfand (8º del mundo) empezará en la tercera, cuyos 16 supervivientes cobrarán 3,6 millones, cantidad con la que se puede vivir muy bien durante todo el año en buena parte del mundo; y así, sucesivamente, hasta que el nuevo campeón de la FIDE cobre un cheque por 205 millones de pesetas.
¿De dónde sale todo ese dinero? De momento, de las arcas del ínclito Kirsán lliumyínov, multimillonario de 35 años, presidente de la FIDE y de Kalmikia, República autónoma rusa cercana a Chechenia, y asesor de Borís Yeltsin. Durante el último congreso de la FIDE, Iliumyínov garantizó 50 millones de dólares (7.500 millones de pesetas) para las próximas diez ediciones del Mundial (una cada dos años): "Hay varias multinacionales muy interesadas en el patrocinio. Como esas cantidades deben ser presupuestadas con dos años de antelación, yo aporto los premios de la primera edición y garantizo las nueve siguientes. Estoy convencido de que la FIDE incluso ganará dinero con este proyecto".
Pero ni siquiera esas cifras astronómicas han servido para que Kaspárov se una a la revolución de Iliumyínov. El número uno del tablero acusa a su poderoso compatriota de "conexiones turbias" y se muestra cada vez más radical con respecto a la FIDE: "Lo mejor es destruirla. Su nivel de corrupción e ineficacia ya no tiene remedio". Kaspárov, campeón de la Asociación Profesional (PCA), ha encontrado un aliado en Luis Rentero, el organizador de Linares, defensor a ultranza de la combatividad y el ajedrez como espectáculo; ambos trabajan en ambiciosos proyectos para contrarrestar a lliumyínov. Pero, de momento, el kalmikio tiene el dinero y los gladiadores, cuya sangre pintará la nieve de Groningen hasta la Nochevieja.
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