Los dirigentes de HB forzarán su detención

"No haremos las maletas para entrar en la cárcel". Fue la respuesta que dio ayer el dirigente de Herri Batasuna Joseba Álvarez después de recibir la notificación del Tribunal Supremo en la que se le comunicaba que disponía de 24 horas para ingresar en prisión. Los 23 miembros de la Mesa Nacional de HB, condenados a siete años por colaboración con banda armada, quisieron dejar claro con esas palabras que no están dispuestos a ir de forma voluntaria a las puertas de las cárceles o de los juzgados de Euskadi para que se ejecute la sentencia del Tribunal Supremo. Esperarán a que les vayan a detener. A petición de los sindicatos ELA y LAB, HB decidía anoche desconvocar la huelga general anunciada para el día 15. La sustituirá por un paro de dos horas ese mismo día y una manifestación conjunta con ambos sindicatos el sábado 13.

Los primeros dirigentes de HB que deberían presentarse hoy en la cárcel son los siete afincados en Vizcaya: La secretaria de Causas Especiales de Tribunal Supremo, María Mariscal de Gante, les notificó a las 9.30 de -ayer el auto en el que se acuerda, en un plazo de 24 horas, la ejecución de la sentencia que les condena a siete años de prisión. Dos horas más tarde, María Mariscal se trasladó hasta la sede de HB en San Sebastián para entregar a los ocho dirigentes domiciliados en la calle Urbieta la notificación judicial. Después de su paso por Vitoria, la secretaria del Supremo finalizará hoy en Pamplona la entrega del auto a los restantes condenados.Previsiblemente, ninguno de ellos acudirá voluntariamente a la cárcel. Salvo cambio de estrategia, los 23 miembros de la Mesa Nacional esperarán en las respectivas sedes de la coalición en las tras capitales vascas y en Pamplona a ser detenidos por agentes de la Ertzaintza y del Cuerpo Nacional de Policía. En el auto del Tribunal Supremo se desestima la petición de Herri Batasuna de suspensión de la ejecución de la condena y se apremia a cada uno el pago de las 500.000 pesetas de indemnización que fija la sentencia. Los condenados, según la abogada Jone Goirizelaia, se han vuelto a declarar insolventes, por lo que no harán efectivo el pago de esa cantidad.

Una vez que los condenados ingresen en prisión, la más cercana a sus domicilios según han solicitado acogiéndose a la letra de la Ley General Penitenciaria, como ayer se esforzaron en explicar públicamente, recibirán, como todos los reclusos, una bolsa de aseo. El neceser contiene habitualmente una pastilla de jabón, gel, peine y útiles de afeitar. En las celdas, los internos podrán tener su propia ropa, incluidas las sábanas y las prendas de cama. Si lo desean, les estará permitido tener televisiones y radios particulares, así como ordenadores personales en el caso de que estén realizando algún tipo de actividad o estudios que lo justifique. Podrán recibir prensa.

Los siete dirigentes de Vizcaya que ingresarán previsiblemente hoy en la prisión de Basauri deberán compartir estancia con otros 301 reclusos, mientras que los que vayan a Nanclares (Álava) deberán hacerlo con 444 internos. En Martutene (Guipúzcoa) son 230 los presos que se encuentran internados, mientras que en la cárcel de Pamplona, la más antigua de las cuatro, son 179 los reclusos.

Además del anuncio de que no van a acudir por si solos a la cárcel, Herri Batasuna decidía anoche desconvocar la huelga general prevista para el día 15. La sustituirá por un paro de dos horas ese mismo día y por una manifestación dos días antes. El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, consideró ayer que la iniciativa de HB va "en la buena dirección" al sustituir "huelgas por manifestaciones pacíficas".

El cambio de criterio de HB tiene en cuenta la propuesta que horas antes le habían hecho los sindicatos vascos ELA y LAB, que mantienen así su unidad de acción con la coalición abertzale. La sorprendente decisión de HB, que renuncia así a la gran movilización que planeaba para responder al encarcelamiento de su Mesa Nacional, iba a ser refrendada por las asambleas locales durante la noche de ayer, pero los dirigentes abertzales Rufino Etxeberria y Floren Aoiz adelantaron que la propuesta de las dos organizaciones sindicales les parece "seria" y la "dan por buena". Ambos dirigentes se reunieron por la tarde con los secretarios generales de ELA y LAB, José Elorrieta y Rafael Díez Usabiaga, respectivamente, con quienes analizaron la idea de desconvocar una huelga general cuyo éxito iba a depender, en gran medida, de la implicación y el apoyo de ambas organizaciones. La renuncia de la coalición a esta convocatoria representa en realidad un reconocimiento implícito de su incapacidad de movilización.