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Un directivo con experiencia

Pedro Cortés, de 50 años, dueño de la empresa de mensajería Seur, sería capaz de pasar por alto casi todo con tal de ser presidente del Valencia. Como por ejemplo, pactar con Francisco Roig, el hombre que, en un debate de televisión, le propinó el siguiente ataque: "Yo siempre voy de cara, pero a usted [en alusión a Cortés] le gusta ir más por la espalda".Pues bien, pasaron los meses y Cortés aceptó salvar in extremis a Roig cuando una junta general de accionistas estuvo a punto de destituirlo. Cortés puso sus cerca de 3.000 acciones al servicio de Roig y a cambio obtuvo la vicepresidente del Valencia. Una cosa por la otra.

Cortés no era precisamente nuevo en el club, había tocado fugazmente la presidencia en el año en el que el Valencia descendió a Segunda División por primera vez en su historia, además de formar parte posteriormente de la directiva de Arturo Tuzón y de Paco Roig. Siempre estuvo cerca, porque siempre persiguió la presidencia.

Hijo de un emigrante español a Alemania, Cortés es un hombre hecho a sí mismo que se ha enriquecido y arruinado en varias ocasiones. Lleva mucho tiempo ligado al deporte, tanto en el Valencia, como en el ciclismo, en el que fue patrón del Seur.

Cortés tiene el título de entrenador regional, y ha llegado a entrenar a distintos equipos de la escuela del Valencia. Siempre ha procurado tener buenas relaciones con los jugadores, pero, sin embargo, no es bien visto por las peñas del club valencianista, que lo observan como un vestigio del pasado más rancio. De hecho, la peña Yomus ya mostró ayer su disconformidad con el nuevo presidente del Valencia.

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