El mayor espectáculo del mundo
Francia prepara un Mundial que quiere marcar un punto y aparte en la historia
El Mundial de Fútbol 1998, "la Copa del Mundo de Francia" como dicen los franceses, eliminará las odiosas rejas de los estadios, sólo el Nantes se muestra reticente, y tratará de convertirse en un "acontecimiento espectáculo", capaz de dejar una huella imborrable, no sólo entre los aficionados. A seis meses del inicio del campeonato, en vísperas del sorteo que tendrá lugar el día 4 en Marsella, Francia está ya lanzada a la organización del mayor espectáculo del mundo.Se calcula, cosa de las estadísticas, que los 64 partidos contarán con una audiencia de 37.000 millones de telespectadores y que 1.700 millones seguirán la retrasmisión de la final. Dos millones y medio de entradas se han puesto a la venta en los 10 estadios franceses que acogerán durante 33 días a los equipos y aficionados de los 32 países clasificados. Será, así, la fase final más larga y con mayor número de participantes.
El Comité Francés de Organización (CFO) ha puesto la alta velocidad y aunque la hierba amarillea sospechosamente en el parisino nuevo Estadio de Francia, bello escenario de la final, con capacidad para 80.000 plazas, los preparativos en cada una de los ciudades sedes están bastante adelantados. Las obras de ampliación que se llevan a cabo, a marchas forzadas, en la decena de campos de fútbol permitirán doblar su capacidad actual, hasta asegurar un total de 456.000 asientos.
Con la solemnidad festiva que requiere la cuestión, el primer ministro francés Lionel Jospin ha apelado a la "movilización general del mayor número de ciudadanos" y comprometido enteramente a su Gobierno en la tarea de asegurar que el Mundial "sea una éxito rotundo". De los 9.500 millones de francos (237.500 millones de pesetas) destinados a la organización del Mundial, más de la mitad, 5.400 millones de francos, correrán a cargo del erario público, ya sea directamente por el Estado, por los Gobiernos regionales o ayuntamientos o por las grandes empresas públicas.
Evocada por el propio Lionel Jospin y reiterada por Michel Platini y Fernad Sastre, copresidentes del CFO, la idea de que el Mundial de Francia tenga un aire festivo, de convivencia, dentro y fuera de los estadios está permanente presente en todas las comunicaciones y declaraciones de los organizadores. Naturalmente, Francia está decidida a aprovechar la oportunidad para hacer un alarde de los valores propios. El gran Platini, reconvertido en directivo ha dicho que Francia debe hacer una exhibición de su cultura y su sentido de la hospitalidad.
En Marsella todo está preparado para que el sorteo sea una gran fiesta de la ciudad. La federación brasileña ha preparado con enorme cuidado y secreto el traslado de la copa del mundo que conquistó el 19 de julio de 1994 en Estados Unidos.
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