El antifútbol se paseo por Él Helmántito
La Liga de las estrellas no apareció ayer en El Helmántico. Salamanca y Real Sociedad se encontraron sobre un rectángulo de juego sin saber qué hacer. Fue un partido pésimo, que rozó el esperpento y cuyo resultado final sólo podía ser un empate a cero. Sólo los minutos iniciales ofrecieron suficientes argumentos para atraer la atención de los aficionados-héroes que se acercaron al campo. Por lo menos, hubo unos instantes con dos equipos bien plantados, dos formas de ver -el fútbol definidas y algún que otro entendimiento entre dos jugadores de un mismo equipo. El encuentro llegó incluso a prometer. Pero no.
Los 20 primeros minutos de partido sirvieron para ver a un Salamanca con ambición, con ideas, con unos jugadores eléctricos que presionaban por todo el campo. La Real parecía no intimidar y se sucedieron acercamientos de Vellisca y Pauleta y remates de sus mejores hombres ayer, los centrales Corino y Pavlisic. Estas jugadas no tuvieron más consecuencia que dejar paso al juego que deseó la Real Sociedad.
Después de esos minutos, llegó la nada. Ni una sola ocasión clara de gol, ni una sola jugada espectacular, ningún cambio táctico para evitar el horror futbolístico ofrecido ayer en Salamanca. La opacidad ofensiva del Salamanca se vio completada con un juego tosco, antiguo, físico y embarullado que practicaron los jugadores que dirige Bernd Krauss. Y así, resulta difícil ganar un partido si no es con algún error defensivo que ayer el Salamanca no cometió y pudo por lo menos sumar un punto que sabe a nada.
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