Sadam cede y acepta el regreso de todos los inspectores de la ONU

El régimen de Sadam Husein aceptó ayer el regreso a Irak de todos los inspectores de desarme de la ONU, incluidos los norteamericanos, cuya expulsión, el pasado 29 de octubre, provoco una crisis internacional que aún amenaza con desembocar en un nuevo conflicto bélico en el Golfo. La decisión de Sadam, recibida con precaución en Washington, es consecuencia del acuerdo alcanzado por las autoridades iraquíes con el Gobierno de Rusia. Los inspectores regresarán hoy a Bagdad, y mañana reanudarán sus tareas de inspección.

El Consejo de Seguridad de la ONU decidió esta madrugada la vuelta a Bagdad de los 74 inspectores que la semana pasada tuvieron que abandonar la capital iraquí tras el pulso lanzado por Sadam Husein. Aparentemente, su regreso no está compensado por ninguna concesión relacionada con las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU a Irak. Es más, Estados Unidos advirtió ayer que utilizará su veto para impedir cualquier intento en la ONU de levantar esas medidas de castigo contra Irak. La única promesa que Sadam Husein parece haber recibido a cambio de ceder a las inspecciones en sus plantas de producción de armamento es la de que Rusia hará todos sus esfuerzos por buscar una suavización de las sanciones actuales. Es posible, sin embargo, que haya recibido algún tipo de garantías que amplíen la autorización de ventas de petróleo iraquí para comprar alimentos y medicinas. Esto ha sido suficiente, sin embargo, para que Sadam Husein se declare ante sus ciudadanos vencedor de esta crisis y declare la jornada del 20 de noviembre Fiesta anual para celebrar el día del pueblo. El presidente norteamericano, por el contrario, aseguró que no se siente vinculado a ningún compromiso al que Rusia haya llegado con Irak y que mantendrá el despliegue militar en el golfo Pérsico.