El payaso Jango Edwards regresa a la capital después de 14 años
Jango Edwards, uno de los payasos más famosos del mundo, llega a Madrid por segunda vez (la otra fue hace 14 años) para invitar a la gente a la fiesta que hará cada noche en su casa. Así es como este clown nacido en Detroit (EE UU) hace 47 años define, la primera parte de su espectáculo. En la segunda, deja al público elegir cuatro números de entre los 15 que se presentan en una hoja en la entrada del teatro.
"Normalmente ocurre que hay gente que se va del espectáculo", comenta el payaso a modo de advertencia. "No importa que hable en inglés. Mi espectáculo se entiende muy bien. Los que no lo entienden son los ingleses". Así empieza a hablar Jango Edwards de The bust of Jango, un espectáculo que forma parte de la programación del Festival de Otoño y con el que espera darse a conocer entre el público madrileño, ya que en Cataluña su nombre es de sobra conocido. Fuma cigarro tras cigarro, tiene una larguísima melena negra que se recoge con una cola; viste pantalón vaquero con sus buenos parches, botas de punta afilada con tachuelas y una camiseta con su cara."No me importa si al público le gusto yo. De lo que estoy seguro es de que nadie olvidará mi espectáculo porque es bueno. Después de 27 años dedicado a esto, por narices tengo que ser bueno. Me gusta la provocación y llegar al límite. El hecho de llegar al límite puede provocar que haya gente que se vaya del teatro", cuenta Edwards.
En The bust ofJango (el busto de Jango, aunque, atendiendo a la pronunciación, puede interpretarse también como lo mejor de Jango) el payaso invita al público a pasar a su casa. De hecho, la escenografía reproduce su propio hogar. "Yo llego a casa todas las noches y el público está ahí. Me importa mucho el contacto con la gente", explica Edwards. Tras la función (o la fiesta), sale a la calle con los espectadores. Mientras, durante la función, han podido ocurrir muchas cosas. Tantas como para que alguien salga mojado o golpeado. "Puede ser peligroso", advierte. Imposible reconocer si habla en broma o en serio.
Para la segunda parte de la función, Edwards se reserva los 15 mejores números de su carrera. Dice que aparece completamente desnudo, en plan místico, que hay magia y que se tira de cabeza en un vaso de agua. Mediante votación del público, al, que se le entrega un resumen de estas escenas cuando entra en el teatro, Edwards representa cuatro de estos números.
Edwards no ha sido siempre payaso. Hace 27 años era un hombre de negocios que llevaba una vida fácil, cómoda y con dinero. Pero se aburría y no era feliz. "Yo siempre he sido radical, mis actitudes siempre han sido radicales". Fue un libro sobre cómo ayudarse uno mismo ayudando a los demás lo que le cambió la vida, porque decidió ser un clown. "Me di cuenta de que la mejor manera de comunicarse con la gente era ser un payaso", relata.
The bust of Jango, en el teatro Lara (Corredera Baja de San Pablo, 15, metro Callao). Hasta el 23 de noviembre. Horarios en cartelera.
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