La moqueta sigue siendo insuperable

La parte final de la temporada puso de nuevo al descubierto uno de los lastres que arrastra el tenis masculino español. De los 15 españoles clasificados entre los 100 mejores tenistas mundiales, sólo uno, Sergi Bruguera, juega bien en superficies interiores equipadas con moqueta. Y ni siquiera él pudo evitar el desastre general que se produjo desde mediados de septiembre hasta esta semana. El balance de los 10 españoles que se jugaron el tipo en indoor fue de 10 victorias por 33 derrotas, desalentador.

A Alex Corretja, que ganó un partido en cinco intentos, le costó la clasificación para el Masters, que mañana se iniciará en Hannover. Y a Carles, Moyá -con dos victorias y cinco derrotas- y a Sergi Bruguera -con tres y cinco- se la complicó hasta el último momento. Bruguera, en concreto, no supo hasta ayer por la noche si estaría en Hannover como uno de los ocho mejores del mundo o simplemente como suplente: la derrota de Ríos le dejó plaza. Ninguno de ellos habría tenido problemas para lograr los puntos necesarios si en lugar de concluir su temporada en indoor la hubieran acabado en tierra batida, como hizo Pato Clavet, campeón en México y en Bogotá.

Interés por mejorar

Sin embargo, esa decisión demuestra un interés por globalizar y mejorar su juego que les honra. Bruguera y toda la nueva generación ya han demostrado que no se conforman con jugar bien en tierra batida, su elemento natural. Hace algunos años acometieron una embestida a las superficies rápidas exteriores y ahora ya logran ahí buenos resultados. Las mejores muestras de ello las dieron Carles Moyà al llegar a la final del Open de Australia y ganar en Long Island este año, Alex Corretja y Javier Sánchez alcanzando los cuartos de final del Open de Estados Unidos la pasada temporada y Sergi Bruguera siendo finalista de Cayo Vizcaíno. Las pistas indoor siguen quedando como una asignatura pendiente.Bruguera es, con diferencia, quien más ha jugado en interior. Y también quien mejores resultados ha conseguido ahí. Esta temporada, sin ir más lejos, ha llegado a la final del torneo de Milán y a las semifinales de Marsella en febrero. Su progresión no sólo constata otra vez su calidad, sino que demuestra que la experiencia es fundamental para aprender.

El sacrificio que ahora están realizando debe tener en el futuro la compensación de poder extender la base de sus resultados a las pistas indoor, que equiparon 22 torneos esta temporada -un 27,6%-. Es un sacrificio importante económicamente, puesto que los ocho clasificados para el Masters perciben unas bonificaciones adicionales -además de los premios- que se sitúan entre 75 y 200 millones de pesetas por jugar los torneos para los que son designados por el ATP.