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Nuevos retrocesos en los mercados de Asia empujan a la baja las bolsas de todo el mundo

La Bolsa española sufrió ayer un nuevo recorte como consecuencia de la reactivación de las ventas en los mercados asiáticos y de la apertura con fuerte tendencia a la baja de la Bolsa de Nueva York. El índice general de Madrid perdía al cierre el 2,51%, 14,28 puntos, aunque en los peores momentos llegó a caer un 3,76%. La Bolsa de Tokio, la segunda del mundo por contratación, había perdido el 4,22% durante la madrugada y Hong Kong el 2,96%. Wall Street cedía 153 puntos en la apertura, aunque logró una cierta recuperación y cerró en 7.581,32 puntos, con un retroceso de 101,92 (1,33%).

Los mercados de valores occidentales habían recuperado prácticamente los niveles anteriores a la reciente crisis, lo que les situaba en una posición vulnerable ante cualquier acontecimiento imprevisto. Madrid había llegado hasta los 571,75 puntos, frente a los 581,09 previos al reciente crash, mientras que Wall Street alcanzaba los 7.683 puntos y el pasado día 24 estaba en 7.715.Los efectos de la crisis se habían recuperado casi por completo, pero sin contar con el respaldo activo del dinero en el caso español, y los operadores esperaban un recrudecimiento de las ventas para la próxima semana. No obstante, la política que se está siguiendo en el sureste asiático para paliar o anular los efectos de la crisis financiera no parece ser del gusto de los inversores que, a la vista de los niveles de Wall Street, han procedido a retirarse del mercado y han provocado un nuevo movimiento en cadena del que, en el fondo, ellos no son el primer eslabón.

Las bolsas europeas retiraron beneficio a toda prisa ante el evidente empeoramiento de la situación y provocaron con ello pérdidas importantes en todos los índices. Londres bajó el 2,05%, París el 2,95% y Francfort el 2,58%.

Peor les fueron las cosas a las bolsas de América Latina. La resurrección del fantasma asiático llevó a la de Sâo Paulo, la principal de Brasil y del subcontinente, a perder 602 puntos (6,38%). La de Buenos Aires retrocedió un 5,09%. La de México, una vez más, fue la que consiguió mejor comportamiento y registró pérdidas de sólo el 2,43%.

Nuevos temores

Para empeorar las cosas, se publicó la estadística sobre empleo en el mes de octubre en Estados Unidos. La creación de 284.000 nuevos empleos no agrícolas, frente a unas expectativas de 200.000, y una tasa de desempleo del 4,7% -la más baja desde 1973- han reavivado el temor a un rebrote inflacionista. Este tipo de datos hacen recordar siempre las últimas advertencias del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, que se refirió a las posibles presiones salariales como un elemento favorable al incremento de la inflación.La posibilidad de una subida de los tipos de interés en EE UU la próxima semana por la Reserva Federal (el equivalente al banco central) ha vuelto a ganar enteros y los inversores han actuado en consecuencia, lo que sumado a la corriente vendedora que ya se había trasladado de Asia a Europa explica los malos resultados de la jornada de ayer.

Por si faltaba algo, también los mercados de divisas se mostraron muy inestables, con un dólar muy débil y, al parecer, necesitado de apoyos. El cambio medio del dólar en el mercado español fue de 143,95 pesetas y de 1,7048 marcos en Francfort, cuando el día anterior se había cruzado a 145,70 pesetas y a 1,7277 marcos.

Entre los operadores del mercado de divisas corrió el rumor de que el Bundesbank había estado comprando dólares contra marcos para evitar un fortalecimiento excesivo de la moneda alemana que, de paso, también ganaba terreno frente a la peseta, contra la que llegó a cotizar a 84,51, un nivel desconocido desde finales del pasado mes de agosto. La libra esterlina, fortalecida momentáneamente por la última subida de los tipos de interés en el Reino Unido, volvió a perder fuerza y cotizaba a 244,3 pesetas a última hora de la tarde.

Después del cierre del mercado español, los operadores seguían con atención la evolución del precio de los contratos de futuros, mercado que cierra 15 minutos más tarde que la Bolsa, y cuyo precio suele servir de referencia para la sesión siguiente.

En esta ocasión las expectativas resultaron negativas, ya que el futuro cerraba 59 puntos por debajo del contado, lo que significa que la mayoría de los operadores no esperan nada bueno para el próximo lunes, aunque la última palabra la tendrá Wall Street, en esta ocasión de forma colegiada con los mercados asiáticos.

En esos momentos hubo tiempo para recordar que el crecimiento económico español es alto, 3,3% en el tercer trimestre, y que la inflación de octubre en Alemania ha bajado 0,1 puntos. En este último mes fue cuando se produjo el desfase entre la tendencia de los tipos de interés en España, que bajaron 0,25 puntos el día 3, y la de un grupo de países europeos encabezados por Alemania, que subieron el día 9.

Los primeros efectos, medidos por la inflación alemana, parecen dar la razón a la medicina preventiva, mientras que aquí se sigue considerando el consumo, con su alto potencial inflacionista, como uno de los motores del crecimiento económico. El próximo jueves se conocerá el índice de precios al consumo (IPC) del mes de octubre y, aunque no se espera que sea alto -los analistas centran sus expectativas en 0,1 puntos-, irá en dirección contraria al conseguido en Alemania y eso tampoco gusta en los mercados.

Para los analistas españoles estaba bastante claro que la reacción de la Bolsa a lo largo de esta semana no tenía mucha solidez. La contratación ha sido muy baja y, en general, los inversores particulares se han mantenido al margen. Para la mayoría de los inversores del parqué madrileño, han sido las instituciones (fondos, entidades financieras y agencias) las que han estado apoyando el mercado para aportar liquidez y tranquilidad.

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