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FÚTBOL COPA DE LA UEFA

El Athletic cae por su mala cabeza

El Aston Villa aprovechó los errores defensivos de los bilbaínos

Dos errores defensivos echaron al Athletic de Europa. Paradojas del fútbol. Su línea más solvente le condujo por el mal camino desnivelando una igualdad que parecía matemática. Con las defensas agujereadas el Athletic deambuló demasiado tiempo por Villa Park sin encontrar algún rastro de su personalidad.El Aston Villa aprovechó la confusión y estiró el bosque. El primer gol le otorgó la claridad que necesitaba. El partido tuvo un par de datos ilustrativos: Staunton, su peor defensor en Bilbao, fue ayer su mejor hombre; Roberto Ríos, el gendarme rojiblanco, perdió su acreditación de autoridad. Dos datos significativos.

De pronto a Imanol Etxeberria le vino a la memoria el recuerdo de Iribar y 19 años después quiso imitar la mala noche de El Chopo en este estadio. El balón más insulso del encuentro se le escurrió entre los guantes en la jugada más tonta del partido. Quizá un duelo entre iguales sólo podía resolverse mediante una impertinencia.

Y el Athletic de Bilbao la cometió, precisamente cuando había conseguido frenar la arrancada del rival y amenazar la integridad del Aston Villa en un par de llegadas mal resueltas por un inquietante Urzaiz y un ineficiente Ziganda.

El cántaro descascarillado por el tropezón del guardameta se rompió definitivamente en un error en cadena de la defensa rojiblanca. Alkorta perdió un balón en una jugada inútil y Yorke pudo desenvolverse sin que nadie le soplara siquiera en la camiseta.

Desesperado, el Athletic cambió de talante. La presencia de Julen Guerrero le proporcionó un subidón de adrenalina y en apenas un cuarto de hora se procuró tres ocasiones de gol que rehabilitaron su imagen.

Guerrero puso el alma y Javi González su habitual amuleto goleador. A los dos minutos de ingresar en el terreno encontró el rincón de las telarañas en una volea sorprendente. El Athletic apeló a lo emocional, asumió su impotencia defensiva y desplegó toda su voluntad sobre el césped.

El final del encuentro fue su aportación principal al espectáculo, aunque el telón de Europa le cayó encima cuando había recobrado una lectura consecuente de su guión. No hubo tiempo.

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