Arte
Una exposición en la Royal Acaemy de Londres suscitó un curioso titular en el suplemento Tentaciones de este diario: "¿Esto es arte?". El sentido común y algún filósofo responden que sólo es arte aquello que proponen como arte la Royal Academy, las galerías, los museos o los expertos. "No se puede identificar una intención artística fuera de las instituciones del arte (F. P. C.).El problema es si las obras expuestas representan lo que cada cual quiere representar. Vargas Llosa rechaza ciertas piezas de la exposición (en general, instalaciones y figuras sadomasoquistas) porque no se ve representado en ellas. Por el contrario, Elena Ochoa afirma sentirse muy bien representada, y a continuación califica a Vargas de "conservador".
El equívoco es interesante, pues no cabe la menor duda de que lo conservador es defender lo que las instituciones defienden. Pero es Ochoa, no Vargas, quien se muestra dócil con el criterio de la Real Academia. Sin embargo, ella dice ser "progresista". ¿De qué progreso? Si la Real Academia apoya tales obras es porque las considera valores incapaces de amenazar la estabilidad del mercado. El primer efecto de su apoyo ha sido subir el precio de los artistas exhibidos. Son nuestros Alma Tadema.
Muchas personas desean que el arte llamado progresista sea inmediatamente académico, sin que medie ningún trabajo de asimilación y reflexión. Ahora bien, considerar que es posible ser muy progresista siendo simultáneamente muy académico, además de un chollo espectacular es algo frecuentísimo en nuestra sociedad. Lo cual ilustra sobre el sentido que pueda tener en la actualidad la palabra "conservador" o la palabra "arte", y sobre todo la palabra "conservador" aplicada a "arte".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.