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FÓRMULA 1: GRAN PREMIO DE EUROPA

El pequeño iconoclasta

La memoria de Gilles Villeneuve descansa en paz. Se ha cumplido el objetivo por el que dio la vida en un circuito. Un Villeneuve, su hijo Jacques, es campeón del mundo de F-1. Ocurrió 15 años después del accidente en el que murió Gilles, al volante de un Ferrari, paradójicamente enemigo de su hijo ayer en Jerez.Como hizo cuando se quedó huérfano, el pequeño Jacques -Mide 1,68 metros se sobrepuso a la adversidad. Superó una gran tensión y aguantó la embestida de Schumacher para ser número uno.

No podía ser de otra forma. Jacques reúne cualidades para ser campeón de automovilismo. Lo lleva en los genes, lo mamó de niño -su padre lo llevaba a las carreras- y lo cultivó de adolescente -empezó a correr a los 15 años- Lo suyo es el volante, aunque casi prefirió el esquí, que practicó mientras estudió en Suiza.

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También podría ser filólogo -parece un intelectual, con sus gafas, y domina el inglés, el francés y el italiano- Pero le gusta más ser iconoclasta y teñirse de rubio para dar la nota en la F-1, donde todo es serio y estricto.

Villeneuvel celebró el éxito con su equipo, Willíams. No le importó privar de festejo a los forofos de Ferrari siendo hijo de una leyenda de la escudería, aunque odia que le comparen con su padre. Ayer se batía contra el equipo de su progenitor. Y lo hizo como los grandes, siendo agresivo, pero esperando el momento oportuno.

Cuando regrese a Mónaco -donde vive con su prometida, Sandrine- compartirá alegrías con algunos íntimos: su madre, Johanna, y su amigo y representante Craig Pollock, a quien conoció como monitor de esquí y del que desde entonces es inseparable.

Pollock guía los pasos del tímido chico de Quebec. Le permite concentrarse sólo en su pasión de correr. Y eso que la descubrió tarde, cuando probó un coche de su tío. Empezó a competir en Italia, sin éxito; destacó en Japón, y se consagró en Estados Unidos, donde ganó la FIndy y las 500 millas de Indianápolis. Después pasó a F-1, estuvo a punto de ganar en su estreno y venció en su cuarta carrera.

Ayer se convirtió en el primer canadiense que gana la F-1 y fue felicitado por el primer ministro de su país, Jean Chretien, desde la cumbre de la Commonwealth en Escocia. También igualó al mítico Juan Manuel Fangio al lograr el título en su segunda temporada. Y luce el mejor porcentaje de triunfos respecto a participaciones: 11 victorias en 33 grandes premios.

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