Amato se redime ante el Racing

El argentino Amato redimió en Santander su culpa -el penalti fallado ante el Barcelona- que arrastraba como una pesada cadena, al término de la primera mitad. Su gol, de impecable factura, le devolvió la autoestima perdida ante el meta barcelonista Hesp. Sin embargo, Gabriel Omar Amato es un personaje de tragedia griega, a quien parece que le persigue un destino aciago. En los minutos 46, 62 y 63, el ex delantero argentino del River Plate no acertó a concretar tres jugadas en las que se encontraba solo ante el extraordinario cancerbero Ceballos.Si el Mallorca llega a perder ayer un punto en El Sardinero, Amato sería hoy un hombre atormentado por el sentimiento de culpa. No fue así, porque la zona de creación de juego racinguista estuvo siempre a merced de Valerón y Stankovic, los motores que movieron a su equipo. Por su parte, Iván Campo, Engonga y Marcelino cerraron perfectamente los caminos del gol y Moya confirmó una vez más que es uno de los jugadores más intuitivos del fútbol español.

Las bajas por lesión de Conte y Correa pesaron demasiado en el entramado táctico del cuadro de Marcos Alonso, que perdió ayer su condición de invicto en El Sardinero, y un récord como es marcar siempre un gol en su feudo. No pudo ser, a pesar de que en el arranque de la segunda mitad el Racing le echó corazón y garra, pero terminó firmando caballerosamente la derrota ante un equipo netamente superior.

Para Vicente Engonga, el partido Racing-Mallorca fue una cita con la nostalgia, por su retorno a la tierruca donde nació y se hizo futbolista. Su padre, el viejo guineano Vicente Engonga, ex jugador de fútbol y creador de la mayor estirpe de futbolistas de España -cuatro hijos futbolistas- vio el partido desde la grada acompañado de su esposa, la emoción se asomó a sus ojos cansados cuando su hijo chocó en la disputa de un balón con el capitán Merino y se lesionó en la cabeza. En realidad, el jugador racinguista se llevó la peor parte y siguió jugando con la cabeza vendada.

Otra cita con la remembranza la protagonizaron el defensa argentino Schurrer y el técnico del Mallorca Cupper que coincidieron hace unas temporadas en el Lanus argentino. A pesar de que el Racing ha sumado tres victorias consecutivas en su feudo, la asistencia de público sigue siendo sensiblemente inferior a la de la temporada pasada. Ayer, en un choque entre dos equipos punteros, la entrada no rebasó los 12.000 espectadores.