Una foto en el camino (III)
Entró en el Bahía, y Fina le sirvió el café doble con churros sin preguntar. Era agradable ser reconocido, quizá los mejores momentos del día eran entrar en el bar y que automáticamente te pusiesen delante lo que tomabas habitualmente, y con deferencia. Le hacía a uno sentirse alguien. En cambio, su mujer quedaba ahora durmiendo. Claro que lo de madrugar era una manía de él, pero al, fin y al cabo ella lo único que tenía que hacer era atender la casa, podría prepararle el desayuno.- Gracias, Fina -acercó el periódico doblado sobre el mostrador-. Vamos a estudiar un poco de política.
- Nada que estudiar, eso es lo malo. Un espectáculo.
- Bueno, mujer, no te pongas ácrata.
- ¿Y no digo la verdad? ¿Son personas serias?
- Bueno, mujer, alguno habrá.
- Hombre, empieza por el Fraga, con la foto quitándose años, luego. el Caballero ése, que se pinta arrugas en la cara para parecer mayor. ¿Tú crees que eso es serio?
- Qué se iba a pintar arrugas, mujer.
- Como es de los tuyos... Fíjate en la foto, fíjate -buscó en las páginas del periódico una foto del candidato socialista-. Uno se opera para parecer más joven y el otro más viejo. Hay que ser maduro sin ser viejo del todo para que te. voten. Cantantes.
- Mujer, Caballero, es catedrático de Economía y fue ministro.
- Sí, y mira qué calladito está. Como no cuenta lo que hizo cuando fue ministro, que dejó a Galicia sin autovias y sin tren.
- Mujer, había otras prioridades, había lo del AVE por lo de la Expo y otras cosas. No se puede todo...
- Galicia nunca es prioridad, no me digas más. Pues no sé si vais a recoger mucho aquí -marchó a la cafetera a hacer dos cafés con leche a una pareja joven.
- Total, yo ya no estoy en la política. Conservo el carnet y poco más.
Pasó las páginas de mal humor. No había buen ambiente. Debían haber rectificado hacía tiempo, tendrían que haber buscado dirigentes más galleguistas, como en Cataluña. Y la vuelta de Paco Vázquez era una piedra al cuello. Después de haber alabado a Fraga en la pasada campaña electoral y de no aparecer ni a votar por el candidato que presentaba el partido... Y las declaraciones contra el gallego, y contra Vigo... Un error. ¿Qué había sido de Laxe? Y de Antolín. Quemaban a su propia gente, cambiando constantemente de secretario y de candidato. Los del PP y los del Bloque aprovechaban todo lo que tenían. Así la gente no votaría nunca progresista, sería la derecha reaccionaria. El mismo estaba desilusionado. Y lo de juntarse con EU cuando aquí ya nadie se acordaba de ellos daba imagen más extremista. Guerreiro debería besar el suelo que ellos pisaban, lo habían sacado del armario. Se vería si servía para parar el descenso: o para bajar más, se vería. Hombre, allí llegaba el pesado aquél del PP, el que trabajaba en una consellería.
- ¿Qué? ¿Estudiando la campaña? No te esfuerces, hombre, vamos a arrasar, como dijo don Manuel.
- Arrasar quiere decir acabar con todo. Eso es lo que estáis haciendo con el país. Ya tenéis a Galicia en la cola de todo y si volvéis a ganar seguirá progresando un poco más hacia atrás.
- No digas tonterías, hombre -Fina le puso delante un café cortado templadito-. Fina, ¿no es cierto que estamos cambiando este país? Pistas por todas partes y polideportivos...
- Yo de política no le entiendo. Sólo sé que mi hermano tuvo que vender las vacas porque no le dejaban producir leche. Y que los marineros se quejan de que ya no hay mar. Fábricas no se abren tampoco, así que debe estar cambiando este país -se marchó a servir un agua tónica fría a un hombre delgado con cara resacosa.
- Mírala a ella... Qué politizada está. Con la campaña andamos todos en moto.
- En moto anda vuestro Fraga, que hasta ahora mantenía una media de inauguración y media por día, pero ayer tuvo cinco.
- Y aún os quejaréis de que inaugure Cosas, eso es porque las construimos.
- Sí, con el dinero de todos. Puro electoralismo. Ha pasado estos cuatro años durmiendo, él mismo lo acaba de reconocer, ha dicho que él se retiró antes que Felipe González. Si está retirado, ¿qué hace presidiendo la Xunta, dormir? Que deje paso a gente más joven y eficaz, hombre.
- Ya os gustaría a los socialistas, pero hay que ganarlo. Hay Fraga para rato.
- En eso te equivocas, lo único seguro es que se va. Si gana, dimite y queda Cuiña en el sitio, y si pierde, ¿crees que va a aguantar sentadito en la oposición viendo gobernar a Beiras y a Caballero? Nana¡, fijo que se retira.
- Mira que sois chinches. Fina, un poquito más de leche fría que está caliente. ¿Y tú que opinas del asunto?
Fina tomó de un estante una botella de ponche Caballero y la posó sobre el mostrador, luego otra de aguardiente A Fraga y otra de albariño Beiras. .
Ellos aguardaron con la boca abierta.
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