Londres quiere vetar la salida al exterior de 'hooligans'

El secretario de Estado británico para el deporte, Tony Banks, ordenó ayer una revisión de la legislación relacionada con la venta de localidades para encuentros internacionales de futbol, así como un endurecimiento de las medidas judiciales que prevenga la repetición de los disturbios ocurridos en el estadio olímpico de Roma.Anticipándose al informe que prepara la Federación Inglesa de Futbol, las autoridades británicas estiman que cerca de 5.000 localidades del encuentro Inglaterra-ltalia jugado el pasado sábado, se vendieron al margen de los canales oficiales. Los elementos más violentos entre los aficionados ingleses, la mayoría de los cuales están fichados por la policía británica, adquirieron sus entradas en el mercado negro o en la reventa, de acuerdo a las mismas fuentes.

Sin levantar el dedo acusador sobre las autoridades italianas y a pesar de criticar el exceso de fuerza utilizado en Roma contra los hinchas ingleses, Bank solicitó un mayor rigor de los tribunales británicos en las sentencias contra los hooligans.

El responsable gubernamental busca una mayor eficacia de las llamadas ordenes de restricción que, impuestas por un juez o magistrado, pueden vetar la salida del país de aquellos elementos con antecedentes criminales. Bank intenta restringir los movimientos de la minoría de hooligans que contribuyó a realzar la mala reputación que los hinchas ingleses tienen en Europa. Las escenas violentas, tan extendidas en la década pasada, prácticamente han desaparecido del futbol ingles, pero siguen causando estragos cuando algunos aficionados viajan al extranjero.