"¿Fantasma yo?"
José María Jiménez, de 26 años, es un hombre nacido para enamorar. El ciclista del Banesto recupera para la afición española el gusto por la fantasía, por los golpes de genio y las catástrofes imprevistas. Él, el temperamental corredor de El Barraco (Ávila), se siente a gusto en su papel.Pregunta. ¿Es tan fantasma como parece?
Respuesta -¿Fantasma yo? Creo que no. ¡Ah!, creo que hay que explicar que esto es una entrevista impertinente,¿eh? Para que lo sepa todo el mundo. Siga.
P. Por lo menos lo parece.
R. No, no, creo que no. Ni lo parezco ni lo soy.
P. ¿Quién es más guapo, Cipollini o usted?
R. Eso habrá que preguntárselo a las chicas, que son las que tienen que decirlo, pero, sobre todo, creo que yo.
P. ¿Y eso no es ser fantasma?
R. Hombre, más guapo que Cipollini sí que me creo.
P. ¿Es tan ligón como dicen?
R. He ligado una vez en mi vida y es lo más bonito que me ha podido pasar; es la mejor carrera que he ganado. Y sobre todo me gustaría mantenerlo.
P. Parece que todo lo hace de cara a la galería. ¿Es más exhibicionista que ciclista?
R. Pues tampoco. Soy más ciclista que exhibicionista.
P. Pero es el rey en hacer lo que le gusta a la gente: pegar hachazos que parece que van a triunfar y luego se quedan en nada.
R. Quizá en eso sí. Hago lo que más le gusta a la gente, los ataques en montaña, pero cuando lo hago es porque veo que tengo posibilidades de poder ganar la carrera.
P. Algún director dice que en el Tour los engañó a todos, que hacía ver que trabajaba para el equipo pero que sólo pensaba en usted.
R. Qué va. En el Tour me he dedicado a trabajar para Abraham. Lo he demostrado y, en todo caso, quien tendría que decir algo del asunto es él, Abraham.
P. ¿Hay que ser castellano para ganar el Tour?
R. Primero hay que ser buen ciclista, pero está demostrado que los castellanos son los que lo han ganado, como Bahamontes y Perico. Y Arroyo ha andado muy cerca. Blanco también es de Castilla y puede ganarlo también.
P. ¿De Ávila salen sólo burros o tienen algo más?
R. Bueno, un poco burros sí que somos, pero si algún lujo nos podemos permitir es el de decir que somos buenas personas.
P. Después de colgar la bici, se le ve muy bien de político.
R. Ahora sólo pienso en la bici. Sí que podría ser un buen político, tampoco lo descarto, pero en estos momentos... no lo sé.P. ¿Corre sólo por dinero?
R. Corro porque me gusta y, aparte, porque acompaña el dinerillo, que en la vida es una de las principales cosas que hay, sobre todo porque sin él no se podría vivir.
P. ¿Por qué no se acoge al decreto 1.006?
R. Pues porque he hecho un contrato bueno, estoy muy a gusto donde estoy y eso es lo más importante.
P. ¿No cree que ha sido más listo Santi Blanco y que va a ganar más dinero?
R. Pues no lo se. Ni sé lo que gana él ni casi lo que gano yo. No sé si ha sido más listo, pero él tendría que estar muy contento para estar tan contento como yo por quedarme aquí.
P. ¿Preferiría ganar una etapa en el Tour o quedarse para ayudar a Olano a ganar el Tour.
R. Por supuesto que preferiría ganar yo la etapa, como algo personal. Pero, bueno, también están los motivos de equipo, que cuando se los considera son importantes y hay que obedecerlos, pero para mí sería buenísimo e importante ganar una etapa del Tour.
P. ¿Qué le gustaría más ser, el nuevo Perico o el nuevo Induráin?
R. Me gustaría ser el nuevo Chaba. Los dos han sido buenísimos, pero como no podría distinguir entre uno y otro, prefiero decir que quiero ser Chaba, yo.
P. O sea, el extremista: capaz de hacer lo mejor y lo peor en pocas horas.
R. No sé si porque no me ha acompañado mucho la salud o porque es ya mi manera de ser, en un mismo día de la Vuelta he estado abajo del todo, con el pie en el suelo para venirme a casa, y lo impresionante fue -y el primer impresionado fui yo- que tres horas después fui casi capaz de ganar a los mejores.
P. ¿Por qué el aficionado se enamora de usted y no de Escartín?
R. No lo sé, ¿no? Tengo una manera de correr que a la afición le gusta bastante. Escartín también tiene bastante afición, es muy regular y muy bueno.
P. Menos mal que ganó una etapa en la Vuelta, porque la afición ya se estaba cansando.
R. Después de tantas veces como lo había intentado, todo el mundo estaba pendiente de mí, y todo el mundo se quedó muy satisfecho más que nada por ver que tenía recompensa por tanto empeño como había puesto. Ese día disfruté por todos los otros segundos puestos que había hecho.
P. A Eusebio Unzue le lleva por la calle de la amargura con tanta impulsividad.
R. Eusebio es el que más me conoce. Y sí, hay veces en que mi forma de correr es para dejar a la gente al borde de que le dé un ataque porque no sabe cuál va a ser mi reacción.
P. Le echan menos broncas de las que deben.
R. Aquí las broncas las echan para intentar que la gente mejore, y a mí me gusta mucho que me las echen cuando lo hago mal.
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