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Tribuna
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Doña Manuela y el gobierno de las mujeres

Manuel Rivas

Julio Camba, el joven anarquista gallego que acabó escribiendo artículos para el Abc desde el hotel Palace, abogaba en sus escritos más lúcidos por "el gobierno de las mujeres".Los hombres en el poder, venía a decir Camba, siempre acaban despilfarrando el dinero de los contribuyentes en juguetes bélicos o en propaganda de sí mismos. Por el contrario, un Gobierno, femenino se preocuparía por el precio de las cosas del comer, la educación de los niños y la atención a los viejos, la salud doméstica y ambiental y todas esas menudencias de las que no se habla en una pelea de gallos electoral.

En el último Gobierno de Fraga sólo había una mujer con un cierto poder, Manuela López Besteiro, más conocida por doña Manolita y encargada, claro, de Familia y Trabajo. No hay más que verla y oírla para darse cuenta de que es una buenísima persona. Si se hundiese el Titanic, con el Gobierno de don Manuel en el puente de mando, yo no dudaría en encomendarme a doña Manolita. No es Hillary Clinton ni Mary Robinson, pero, comparada con doña Mariscal de Gante, por ejemplo, parece Concepción Arenal.

A doña Manolita le han criticado por supuesta parcialidad en la política de subvenciones, con las que habría favorecido a las asociaciones de mujeres y amas de casa más conservadoras y de inspiración religiosa. Bueno, hasta los dólares llevan la leyenda de We trust in God (Nosotros confiamos en Dios). ¿Por qué las pesetas de doña Manolita no van a confiar en Dios? Por lo que hemos visto, los que de verdad son de temer son los hombres que invocan la Providencia, el interés del Estado o el "interés general".

Contrapunto ideológico a doña Manolita podría ser Lidia Senra o Carmen Avendaño. Lidia es nacionalista y líder del Sindicato Labrego Galego, la organización más reivindicativa de campesinos y ganaderos. Es algo así como una Pasionaria de hoy subida a la cabina de un tractor. Cuando habla Lidia Senra los hombres saben que habla a un tiempo la cabeza y el corazón. El campo gallego de hoy ya no es el de las caricaturas de gente resignada al servilismo y la lenta extinción. Galicia es, y puede serlo más, una potencia de producción láctea y cárnica. Es esa voluntad de ser la que representa como una alegoría, Lidia Senra subida al tractor.

La socialista Carmen Avendaño es fundadora de Érguete, una organización pionera en la lucha social contra el narcotráfico. Salvando las distancias, Carmen y sus compañeras son algo así como las Madres de Mayo en la denuncia contra los señores de la droga. El movimiento que encabezan ha sensibilizado a la sociedad. Ahora los capos saben que enfrente no sólo tienen a la ley, sino a las madres gallegas. Y ésta es una estirpe que no se dobla.

Éste, el de las madres gallegas, voten por Manuela, Lidia, Carmen o por quien quieran, sí que es un partido fiable.

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