Roma extrema la seguridad ante la visita de 700 'hooligans'

Las autoridades inglesas pusieron ayer sobre aviso a la policía de Roma para que extreme las medidas de seguridad que rodearán el partido entre las selecciones de Italia y de Inglaterra, que se celebrará el próximo sábado en Roma. El encuentro corresponde al grupo segundo de la, zona europea y será decisivo para determinar cuál de los dos equipos se clasifica ya directamente para el Mundial de Francia de 1998. La policía romana prevé la llegada de unos 9.000 aficionados ingleses y ha sido alertada de que alrededor de 700 de ellos serán hooligans. La policía inglesa indicó, además, que unos 70 de los aficionados que viajarán a Roma son alborotadores violentos y pueden crear problemas si no son controlados desde su llegada a Italia.Ayer, Giorgio Musio, gobernador civil de Roma, señaló que su ciudad "no será blindada", ante las quejas de algunos aficionados ingleses por las excesivas medidas de seguridad que se han previsto. Incluso David Mellor, un ex ministro del Gobierno británico, calificó de estúpidas y ofensivas estas medidas. El encuentro se desarrollará en el estadio Olímpico romano. Los italianos necesitan una victoria para lograr el objetivo de clasificarse. Los ingleses tienen suficiente con un empate, ya que son líderes del grupo, con un punto de ventaja sobre los italianos."Actuaremos igual que lo hemos hecho en otros encuentros de carácter internacional, por ejemplo el Juventus-Ajax, de la final de la Liga de Campeones de l996", precisó Giorgio Musio, quien reconoció que algunas entradas caerán en manos de "personas no controladas". Musio agregó que los responsables de la seguridad de la ciudad de Roma se han reunido ya en varias ocasiones y que han recibido el apoyo de la policía inglesa. "No habrá problemas, aunque los barrios cercanos al. estadio Olímpico sufrirán algunas molestias. Pero no hay que exagerar, pese a que se trata de un partido de alto riesgo", opinó el gobernador civil.

La mayor parte de los hooligans llegarán a Roma el mismo sábado y 'serán ubicados en una zona delimitada del estadio. La policía italiana les controlará desde su llegada a la ciudad hasta su regreso a Inglaterra. Las autoridades inglesas confiesan que no tienen ningún recurso legal para impedir que los alborotadores vuelen a Italia.