Dulce venganza
Seis ex jugadores del Valencia colocan al Mallorca en la élite
Hace dos anos ayudaron al Valencia a proclamarse subcampeón y ahora forman la base del Mallorca, equipo revelación de la temporada. Son seis jugadores que el pasado verano recibieron la carta de despido mientras se encontraban de vacaciones. Gabriel Moya, Enrique Romero, Vicente Engonga, Javier Eskurza, José Gálvez e Iván Campo saborean una dulce venganza en el Mallorca. Pelean por los primeros puestos mientras su ex equipo se debate en la cola. Es la Liga de los desheredados."No hay mejor aliciente para jugar al fútbol que el deseo de revancha", admite Engonga, el cerebro del equipo que dirige Héctor Cuper, y a quien los aires baleares parecen irle de maravilla, ya que hace algunos anos se dio a conocer en un equipo de tercera división de Mahón (Menorca). Engonga y sus compañeros salieron del Valencia con la etiqueta de saldo, todos en un mismo paquete y traspasados al mejor postor. "A Valdano le obligaron a limpiar el vestuario y nos tocó a nosotros, creo que equivocadamente", dijo Moya, que ahora marca goles hasta de tacón.
Los ex valencianistas son reacios a exteriorizar sus sentimientos de revancha. No aceptan ser fotografiados en bloque y también han eludido mostrarse siempre en grupo en los entrenamientos. "Quisimos integrarnos con rapidez en el Mallorca y ésa es la manera de conseguirlo", explicó Campo.
Sólo avisaron de sus intenciones al presidente Bartolomé Beltrán, a quien confesaron haberse juramentado para formar parte de un Mallorca ganador. "No sé a quién le puede extrañar este buen comienzo", dijo Beltrán, "ya que estos mismos jugadores fueron la base del Valencia subcampeón de hace dos temporadas".
Al espíritu ganador de los seis ex valencianistas se les ha unido el deseo de triunfar en Europa de los argentinos Carlos Roa, Óscar Mena y Gabriel Amato, casi desconocidos en su país, con la excepción de Roa, titular con la selección albiceleste que dirige Pasarella. También está siendo importante la aportación del serbio Jovan Stankovic, que saborea su revancha particular en contra del actual técnico del Logroñés, Víctor Muñoz, que en muchos partidos de la pasada temporada le sentó en el banquillo.
El Mallorca cuenta con jugadores de club, como el vasco Olaizola, los asturianos Marcelino y Monchu y ha encontraron una verdadera perla en el canario Juan Carlos Valerón, ex jugador de Las Palmas, que ha hecho olvidar en el terreno de juego al brasileño Palhinha, llamado a ser la gran estrella mallorquinista, pero que sigue inédito.
Además, al grupo le ha cogido con mano firme el técnico argentino Héctor Cuper, especialista en dirigir equipos sin grandes presupuestos y que luego dan la campanada como ya le ocurrió en el Atlético Lanús.
Con estos mimbres, el cesto rojillo se muestra sólido y eficaz, aunque sus responsables insistan en que el principal objetivo es la permanencia. De hecho, durante las tres semanas que el Mallorca se ha situado como colíder, Beltrán apenas comentó esa circunstancia y se limitó a reiterar que "estamos más cerca de la salvación".
Por ahora, el club balear vive de sus réditos, suma más de 15.000 nuevos socios y agota las localidades del Luis Sitjar en un clima de auténtica locura por las visitas del Barca y el Madrid.
El equipo de Cuper puede ser el juez de la Liga, mientras Beltrán apenas cree lo que está pasando: "Tengo la sensación de ir en un caballo que corre demasiado deprisa", admitió.
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