Moscú investiga la venta de su telefónica por corrupción

Es muy poco probable que la Telefónica española tenga una segunda oportunidad en la privatización del 25% de las acciones de su homóloga rusa, Sviazinvest, que perdió el consorcio de la que ella formaba parte, pero el viceprimer ministro responsable de la operación, Alfred Koj, puede salir muy mal librado del asunto. La Fiscalía de Moscú abrió ayer una investigación por corrupción contra él (destituido el 13 de agosto), por la sospecha de que cobró indebidamente 15 millones de pesetas de una editora suiza ligada a Oneximbank, el banco que encabezaba el grupo ganador de la subasta.En un país como Rusia en el que el propio presidente reconoce que los criminales han lanzado un asalto al poder y en el que la corrupción no deja incólume ni una sola institución estatal, lo único que puede sorprender, y tampoco tanto, es que Koj, si es culpable, se dejase pescar por una minucia de 100.000 dólares.

No será fácil encontrar pruebas contra él, aunque casi nadie pueda razonablemente creer que una firma editorial adelante una cantidad como ésa por un texto sobre privatizaciones de difusión forzosamente minoritaria, y aunque quede totalmente claro que esa compañía esté ligada a Oneximbank y a su presidente, VIadímir Potanin. Para completar el cuadro, Koj y su familia pasaron las vacaciones de verano en Francia... con Potanin. Y no lo niega: "Es verdad, pero no veo nada malo en ello". Y es que el actual presidente de Oneximbank también fue viceprimer ministro en el mismo Gobierno que Ko¡.

Oneximbank, bajo sospecha

Lo malo, o cuando menos lo que alimenta las sospechas, es que las dos últimas privatizaciones de bienes estatales -la de Sviazinvest y la del 38% del productor de metales Norilsk- fueron ganadas por Oneximbank, al que se atribuyen también estrechas relaciones con el vicejefe de Gobierno, Anatoli Chubáis. Lo peor todavía es que los perdedores no aceptaron su derrota deportivamente, sino que utilizaron los medios de comunicación que controlan para verter toda clase de basura sobre Koj, Chubáis y el otro número dos del Gobierno, Borís Nemtsov, que sostiene que, por vez primera, lo que parece cierto, se ha aplicado el criterio de entregar el pastel a quien más pague por él.

En el pasado (con Chubáis de responsable, por cierto) otras porciones jugosas de la gran tarta del Estado se entregaron a cambio de casi nada, en una deformación salvaje de lo que debería haber sido un tránsito ordenado hacia la economía de mercado". Se calcula que los dos tercios de la economía rusa están ya en manos privadas.