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Tribuna
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Aviso de goleada

Sin variación. Fiel a sus criterios, Heynckes decidió no variar su sistema. Optó por dejar a Karanka en el vestuario, puso a Sanchis junto a Hierro y dejó a Redondo solo de pivote. Esto le permitió a Raúl tener más libertad y jugar más cerca del gol. Su capacidad para recuperar posiciones defensivas suavizó el trabajo de Redondo.Miedo. El Oporto fue víctima de su propio temor. Afrontó el partido con excesivas precauciones. Cambió su forma habitual de jugar, lo que provocó un gran desconcierto. Empezó con tres centrales y dos laterales pegados en banda. Con el gol de Hierro y el aplastante dominio que estaba sufriendo, el entrenador se dedicó a cambiar la posición de algunos de sus hombres sin resultado alguno.

El recurso. Cuando en el segundo tiempo el centro del campo madridista comenzó a debilitarse, Heynckes recurrió una vez más a la opción del doble pivote. Con ello, el equipo consiguió mayor solidez defensiva y más posesión del balón. Esta variación permitió que pudieran incorporarse al ataque jugadores del medio campo, e incluso los laterales, y que Raúl adelantara su posición para estar más cerca de Mijatovic.

Sometido. El segundo tiempo comenzó como terminó el primero. Los portugueses continuaron con las mismas dificultades para contener el poder ofensivo del Madrid. Pudo recibir una goleada de escándalo. En ataque, la entrada de Artur fue un tímido revulsivo pero no pudo con la consistencia defensiva que tenía enfrente. Acabó totalmente sometido al buen hacer del Real Madrid.

Gran nivel. El Madrid forjó su victoria en el gran nivel que alcanzaron la mayoría de sus jugadores. Los marcadores de Mijatovic, a quien sólo le faltó el gol, no pudieron arrebatarle un solo balón sin hacerle falta. Redondo, a quien no se le notó en absoluto su inactividad, puso el ritmo al partido. Hierro, con gol incluido, estuvo insalvable y Raúl, como siempre.

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