IU expulso ayer a los críticos y rompió lazos con sus socios catalanes y gallegos
Salió todo según las previsiones: expulsión de Nueva Izquierda, ruptura de relaciones con Esquerda Galega, disolución de las direcciones de Castilla-La Mancha y Cantabria -federaciones controladas por Nueva Izquierda- y supresión de lazos con Iniciativa per Catalunya. El Consejo Político de IU aprobó ayer todas las resoluciones de la dirección federal. Además, aprobó otra que Julio Anguita presentó por sorpresa: una vez que se ha roto con IC, hay que buscar urgentemente en Cataluña una nueva referencia política. Los Verdes anunciaron que era muy difícil en estas condiciones seguir en IU.
No quedó títere con cabeza. Una detrás de otra, las propuestas de la dirección federal de IU fueron aprobadas por el Consejo Político con prácticamente los mismos resultado. Votos emitidos: en tomo a 140. A favor: entre 118 y 125 (según la resolución). Votos en contra: de 10 a 14. Y abstenciones: 2 o 3. Un paseo triunfal. Tal vez por eso, José Francisco Mendi, de la Tercera Vía, parafraseó en su intervención el parte del fin de la guerra civil española: "Vencido y desarmado el ejército de los infiltrados de Felipe González, las tropas de Julio Anguita han alcanzado sus últimos objetivos políticos. ¿O no?". Hubo risas. Mendi se opuso a la política de la dirección de IU, pero anunció que seguiría en la coalición porque "prefiero discrepar de Julio Anguita que coincidir con Almunia", secretario general del PSOE.Nueva Izquierda, que contaba con 41 miembros del Consejo -incluyendo representantes de Castilla-La Mancha, Cantabria y Valencia-, prefirió no participar en la votación. En la suya que fue la primera, porque, luego, una vez aprobada, ya no hubiera podido hacerlo. Tampoco se pudieron contabilizar los votos de Galicia ni los de otros que prefirieron no acudir a la convocatoria de ayer. Los Verdes, Espacio Alternativo y Tercera Vía votaron en contra. Nueva Izquierda logró unos apoyos en torno al 40% en el anterior Consejo Político, cuando se propuso sancionar a sus diputados. Eso sí, en votación secreta.
Todas las resoluciones eran conocidas. Y hasta las posturas de cada una de las partes. Así que lo de ayer fue hablar para dejar sentadas las lealtades o marcar distancias. Entre estos últimos, destacó la postura de Jaime Pastor, de Espacio Alternativo, que tranquilo y mesurado, recordó la falta de legitimación del Consejo para romper con IC, lamentó el error histórico que suponía la ruptura y abogó por el diálogo. Ni modo.
No tuvo más suerte Joan Saura, vicepresidente de IC. Intentó un esfuerzo que sabía -y sabían todos- inútil para salvar lo poco que quedaba de unidad. Recordó que era más lo que les unía que lo que les separaba, que se rompían 10 años de colaboración entre IC e IU y se ponían en peligro 60 años de relación, entre los comunistas españoles y catalanes y terminó por avisar de que IC no renunciaba a la izquierda transformadora", por lo que en Cataluña y en todo el territorio español apoyarían cualquier iniciativa que fuera en esa dirección. Lo mismo que Cristina Almeida, tuvo que oir reproches, recriminaciones y expresiones que rayaban lo personal.
Pero la sorpresa vendría al final. A punto de perder la comida previamente contratada a una determinada hora para los asistentes, Anguita pidió la palabra y propuso una nueva resolución que ponía la puntilla en IC. Por si hubiera dudas de lo irrevocable de las decisiones, Anguita propuso que, dado que miles de personas en Cataluña pedían participar en el proyecto de IU, era "urgente la reconstrucción de la Izquierda transformadora en Cataluña". En consecuencia, la resolución propone que se apoye la creación de un referente de IU.
De nada sirvió que Mendi y Pastor señalaran la irregularidad de la propuesta, ni discutida ni debatida, ni que Pastor pidiera que, dada la gravedad de la decisión, se esperase a otra Presidencia. Ni que Francisco Garrido, de Los Verdes, advirtiera que una decisión así y, dado que en Cataluña los Verdes son socios de IC, hacía muy dificil "seguir en Izquierda Unida". Nada. Subió de nuevo Anguita a la tribuna y anunció, solemne, que mantenía su resolución. En esta ocasión, Espacio Alternativo ni se- molestó en participar en la votación. Pero no se perdió todo. Se llegó a tiempo para que la comida no fuese anulada.
"Ahora le toca a Madrid"
No se ha acabado todo. El sábado, en vísperas de este Consejo alguien escribió con chorreantes letras rojas sobre los espejos de los aseos de señoras y caballeros en la sede de IU de Madrid: "Julio, no seas traidor. Ahora le toca a Madrid". Muchos, es verdad, esperan que Julio siga la cruzada contra quienes no demuestren lealtad hacia el proyecto. Y Madrid no es precisamente un ejemplo de entusiasmo.No es sólo Madrid. Espacio Alternativo o la Tercera Vía sacaron ayer las uñas. Y Los Verdes han advertido que "así será difícil continuar en IU". Pero hay todavía una holgada mayoría. Son quienes en la emoción del adiós de Cristina Almeida no ahorraron ni el último sarcasmo y acusaron a los que se marchaban de llevarse los cuadros, la "memoria del ordenador", "archivos enteros" o haber cobrado por provocar la división de IU.
No hubo generosidad en los vencedores. Y no faltó de nada. Ni siquiera la humillación de no reconocer la acreditación de dos representantes de IC, uno de ellos una diputada.
No empezó muy bien el día. Mercedes Rivadulla, diputada de IC, y Salvador Goya, responsable de finanzas de esta organización, estuvieron 20 minutos sin poder acceder a la sala. La razón: no estaban acreditados. Pedro Granados, responsable de organización explicó, muy serio, que "la sala no era muy grande y no había sitio para todos". Al fin llegó la secretaria de Julio Anguita y hubo sitio y todos adentro.
De todo hubo, hasta el rasgo de fino ingenio del presidente del Consejo para apodar a un grupo de comunicación como "aprisurado, ¡je, je ... !". Llamamientos a la unidad, mientras se respondía a un discurso elegante y conciliador de Joan Saura (IC) con un "no nos tomes por gilipollas, que no nos engañas", pronunciado desde la misma tribuna de oradores. Gente que aseguró que estaba expulsada de IU por dirigentes de Nueva Izquierda y, sin embargo, participaba en el Consejo. Vocablos displicentes contra los fotógrafos y los medios de comunicación. Y una pregunta: ¿Ha acabado todo?
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