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56.000 casos pendientes y amontonados en el suelo

La sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid está al borde del caos. Esta sala, integrada por nueve secciones con 45 magistrados, donde se resuelven todos los conflictos que surgen entre los ciudadanos y la Administración, sufre un atasco de 56.000 asuntos. Muchos de éstos esperan amontonados en el suelo desde hace tres años; ése es el tiempo que los jueces de este tribunal tardan en resolver los litigios.Visitar sus instalaciones resulta desolador: las paredes de algunas secciones aparecen empapeladas de casos. Los montones, de aspecto rancio y atados con cuerdas para distinguir a unos de otros, llegan hasta el techo y cubren cualquier hueco libre de los pasillos. Entre los jueces cunde el desaliento, incapaces de absorber y resolver en un tiempo razonable las causas que les llegan.

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Además, los medios técnicos y humanos son precarios. "¿Ve ese ordenador que hay ahí, en mi mesa?", indica con impotencia y desesperación una magistrada de esta sala. "Pues es mío, he tenido que traerlo de mi casa para poder trabajar, porque aquí no tenemos. También tenemos nosotros que comprar, de nuestros bolsillos, los distintos volúmenes que van saliendo sobre legislación".

Falta de privacidad

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El aspecto de las salas en las que trabajan los jueces dista mucho del lujo. Trabajan en mesas pegadas unas a otras, atestadas de asuntos y sin una mínima privacidad. "Venimos aquí para atender los asuntos de trámite; las resoluciones, que requieren reflexión, tenemos que elaborarlas en casa".

Todo esto ocurre en una jurisdicción, la contencioso-administrativa, a la que llegan asuntos de gran trascendencia en los que hay en juego miles de millones de pesetas. Multas, disciplina urbanística de los ayuntamientos, Seguridad Social, impuestos no estatales, colegios profesionales y vulneración de derechos fundamentales de españoles y extranjeros son algunos de los asuntos que tramita esta sala.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid lleva años denunciando, en sus memorias de actividades, las deficiencias de esta sala. En la última se queja con gran amargura de la situación: "Se solicita urgentemente la creación de dos secciones más, petición ésta", vuelve a recordar el Tribunal, "que ya constaba en las memorias anteriores, sin que se haya obtenido respuesta".

Recuerda el tribunal en su última memoria que en 1996 aumentó un 10 el trabajo de esta sala en relación con 1995. Y advierte que "tiende a incrementarse". De hecho, este año los asuntos pendientes se acercan ya a los 60.000 casos. "¿60.000 nada más, seguro?", ironía un relevante magistrado de esta sala. "Hace tiempo que dejamos de contarlas", agrega.

El Consejo General del Poder Judicial, consciente del fenomenal atasco que soporta esta jurisdicción, también hizo suya la petición de la sala de aumentar el número de secciones. El silencio sigue siendo la respuesta del Ministerio de Justicia.

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