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La policía desarticula por primera vez una red de traficantes de 'éxtasis' liquido

La policía ha desarticulado por primera vez en Madrid una red de fabricantes y distribuidores de éxtasis líquido. Este peligroso estupefaciente, que ha irrumpido en las discotecas españolas, ha causado varias víctimas mortales en el Reino Unido, según la Jefatura Superior de Policía. Once personas, de entre 21 y 27 años y sin ningún tipo de antecedentes, han sido apresadas en la operación policial. A los presuntos traficantes se les encontró 2,2 litros de la sustancia, que se vende en recipientes de muestras de perfumes o en dosis en forma de chupitos.

El nuevo estupefaciente, incoloro y amargo, desencadena durante tres horas estados de euforia si se mezcla con alcohol. Técnicamente es conocido como GHB (gamma hidroxibutirato sódico). La gravedad y duración de los síntomas dependen de las dosis y de la presencia de otras sustancias. Puede dañar el sistema nervioso central y causar amnesia, somnolencia, vértigos, náuseas y vómitos. Otros efectos que pueden presentarse son dolor de cabeza, confusión, incontinencia urinaria, dificultades respiratorias, hipertensión y alucinaciones. Incluso puede sobrevenir el coma con dosis entre 50 y 70 miligramos por kilo de peso.Su precio ronda las 5.000 pesetas -mil pesetas más caro que el éxtasis- Cada toma suele ser de unos tres a cinco miligramos, el equivalente a una cucharada sopera. El cerebro de la organización, Pedro N. A., de 27 años, que fue portero de varias discotecas, se encargaba de la distribución en los locales de moda de la noche madrileña, según la policía. Sus clientes eran jóvenes de alto poder adquisitivo.

María Saleta N. G., estudiante de Telecomunicaciones de 22 años, era la química de la red. Combinaba dos fármacos para producir el éxtasis líquido en su casa de Carabanchel, en la que vivía con su madre.

Los investigadores aseguran que la peligrosidad de la sustancia está en su fácil elaboración. La policía sospecha que el GHB, a diferencia del éxtasis y sus derivados, se encuentra en una primera fase de distribución y que su comercialización se mueve aún por cauces rudimentarios. Las incautaciones del GHB habían sido excepcionales, según la policía. Una de ellas fue practicada el año pasado por la Policía Local de Coslada en un control preventivo. Se trataba de un pequeño tubo repleto de líquido que fue remitido al Ministerio de Sanidad para su análisis. Los informes confirmaron sus efectos nocivos.

Pese a su peligrosidad, esta nueva sustancia, en los albores de su comercialización, gana cada día más adeptos en la noche madrileña.

Primeras pesquisas

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Las investigaciones en torno a los traficantes del éxtasis líquido se iniciaron a primeros de agosto. Los agentes del Grupo Primero de la Policía Judicial, de Chamartín siguieron los pasos de Pedro N. A., de 27 años y vecino de la calle de Pegaso, en el distrito de San Blas. Según las primeras pesquisas, cada noche salía de su casa con destino a varias discotecas y fiestas privadas. Previamente acudía a un piso de la avenida del Manzanares donde se reunía con María Saleta N. G.

Los seguimientos y las vigilancias -unos agentes llegaron a estar 24 horas seguidas delante de la casa- se intensificaron a principios de septiembre.

La policía practicó las detenciones entre las seis de la tarde del pasado jueves y las primeras horas del viernes.

Cinco de los 11 detenidos fueron puestos en libertad tras declarar. Confesaron que sólo eran consumidores. María Saleta fue detenida en su casa de la avenida del Manzanares. Allí vivía con su madre, según informó la policía.

"Su madre no sabía el taller que ocultaba su hija", dijo un agente. En la operación policial los agentes requisaron 121.000 pesetas, 200 gramos de hachís, 100 gramos de cocaína, 42 pastillas de éxtasis, 30 gramos de marihuana, dos teléfonos móviles, dos relojes, dos básculas, un ordenador y varias joyas.

La policía nacional relaciona a dos de los detenidos con la banda de Los Miami, una red, compuesta por 18 personas, que, según la policía, se había convertido en una de las tres organizaciones que controlaban el tráfico de las drogas de diseño.

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