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Entrevista:

"He tenido que escapar de los "skins" por llevar el pelo largo"

A sus 16 años recién cumplidos, Jiminy Barnatán ha intervenido en varias series de televisión (El peor programa de la semana, Hermanos de leche, Inocente, inocente), se ha subido, día tras día, durante más de un año y cuando tan sólo contaba doce, al escenario de un teatro y se ha puesto delante de la cámara de Alex de la Iglesia para interpretar un pequeño papel de niño endemoniado en El día de la bestia. Actualmente trabaja a las órdenes de Santiago Segura en la película Torrente, el brazo tonto de la ley, que dirige el actor. Su personaje, "un macarruca obsesionado por James Bond, por el espionaje".Son papeles aún secundarios, cortos, pero sobre todo le permiten compatibilizarlos, aun con dificultades, con sus estudios de BUP, que quisiera culminar en la Facultad de Filosofía ("la filosofía es el centro de todo") y en la Escuela de Cine. Su admirado Jim Morrison le ha inspirado para co-escribir el guión de un cortometraje que espera realizar el próximo curso.

Pregunta. Ha llegado a los escenarios por caminos poco habituales, sin pasar por publicidad ni agencias, sin ser hijo de actores y sin tener un aspecto apabullante.

Respuesta. Sí, por pura casualidad. En una cena familiar en la que acabamos cantando, alguien me dijo que tenía buena voz y que podía presentarme a las pruebas de Los miserables (1993). Al día siguiente acudí al teatro Nuevo Apolo, canté un tema de Ella Fitzgerald y me dieron el visto bueno. Fue un debú que duró año y pico.

P. Son oportunidades que se presentan por vivir en Madrid.

R. Sí, creo que, dentro de lo fría y lo caliente que puede ser la ciudad, Madrid ofrece oportunidades, sobre todo en teatro. Madrid me gusta, pero tiene inconvenientes muy fuertes.

P. ¿Por ejemplo?

R. Para nosotros es muy duro todo el tema de los skins. Yo, hasta hace semanas, llevaba el pelo muy largo, y más de una vez he tenido que correr. Y, por otro lado, lo que pasó en La Guindalera [el desalojo por la policía de un grupo de okupas que lo utilizaban como centro cultural] es una bestialidad.

P. ¿Le parece Madrid una ciudad crispada?

R. En cierto modo, sí. Te puedes mover mejor en otras ciudades. Aquí, si vas a la Castellana por la zona del Bernabéu, te juegas el pellejo.

P. ¿Qué hay que hacer entonces, no ir a la Castellana o cortarse el pelo?

R. Yo me muevo igual; si tengo la suerte de no tener que correr, pues no corro. Además, a mí, como soy bajito, me toca correr. Si mides dos metros, igual te puedes enfrentar a 15, porque nunca atacan de uno en uno, van en manada.

P. En el capítulo de ventajas...

R. Madrid ofrece muchas cosas, es un sitio muy divertido.

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