El Atlético toma posiciones
Excitado como estaba por su vendaval de juego, entusiasmado por su borrachera de goles, el Atlético no reparó el sábado en que los efectos de su paliza al Valladolid no habían concluido. Ayer, mientras reposaba de euforia sobre la butaca, el Atlético conoció que es el nuevo líder de la Liga de las estrellas. A la espera de lo que haga esta noche el Barcelona en Mestalla, y como quiera que ninguno de los equipos que saldaron con victoria la primera jornada fueron capaces de repetir triunfo en la de ayer, los rojiblancos se han puesto al mando de la tabla. Sólo, eso si, por su mejor balance entre los goles a favor y en contra. Su galardón es tan simbólico como irrelevante: hasta nueve equipos comparten la cabeza con cuatro puntos. El campeonato nace reñido.Cuatro puntos tiene también el Madrid, que pasó la prueba del banquillo. Despojado de alguno de sus titulares más luminosos, Mijatovic, Seedorf, Panucci, Suker, Ilgner y Redondo, el equipo cumplió con su obligación inexcusable de ganar en Salamanca (0-2). Los suplentes del Madrid desmintieron su leyenda de flojo banquillo. Algunos de ellos, incluso, reivindicaron un sitio en las preferencias de Heynckes. Cuando Suker vive en estado de alarma, con las amenazas del técnico y la afición reposando peligrosamente sobre su cabeza, va Morientes, marca dos goles y grita que quiere ser titular. Algo similar afirmó Cañizares con su actuación, con penalti parado incluido, avisando a Illgner que se ande con cuidado.
Peor que al Madrid le fue al Deportivo, un grande que se desinfla. No fue capaz de derrotar en Riazor al Mallorca (1-1) y repitió que sigue costándole sobrevivir a la marcha de Rivaldo.
Meritorio, casi con tintes de gesta, fue lo del Mérida, que supo sobreponerse a un 0-3 ante el Compostela y acabó empatando. También dio la vuelta a un marcador adverso el Zaragoza, que perdía 0-2 y concluyó 3-3 ante el Oviedo. Allí, en La Romareda, irrumpió Pompei, una de las mejores noticias de la recién estrenada Liga. El argentino marcó dos tantos, dos golazos, y es el nuevo pichichi. Tres tantos lleva, los tres tras tremendos zapatazos desde fuera del área. En Montjuïc, todo lo hizo Berges. En el 1-1 entre el Espanyol y el Celta, el cordobés marcó los dos goles, el de su equipo y, en propia meta, el del rival.
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