YO
La única frase que explica las muertes de tráfico no aparecerá nunca ni en boca de los conductores ni en los medios de comunicación. La frase es: "La culpa la tengo yo".La lluvia, fuente benéfica de vida, es culpable de algunas muertes. La carretera, contrucción inanimada -verdad que a veces defectuosa-, es asesina terrible, culpable de muchas otras. Componente mecánicos, otros meteoros, animalitos cercados por el asfalto, todos son culpables -incluidos los vehículos, seres a los que hemos dotado de "alma", "inteligencia" y "seguridad"-, excepto yo. También los otros conductores, por supuesto. Todos, excepto yo.
Yo, que no soporto esperar. Yo, que no aguanto que otro coche me sobrepase. Yo, que sé qué normas respetar y cuáles no, porque no soy de esos blandos que estorban en la carretera. Yo, que tengo que demostrar a quienes van conmigo que controlo perfectamente -incluso más- con dos o tres copichuelas. Yo, que no paro para hablar por el móvil porque me gusta viajar todo seguido, a mi ritmo. Yo, que cerré a aquel gilipollas para que aprendiera que conmigo no se juega. Yo, que circulo por el arcén en las retenciones porque este mundo es de los despabilados. Yo no tengo la culpa de nada. Son los otros, que van como van y pasa lo que pasa.-