La presión popular fuerza a Isabel II a ampliar el cortejo fúnebre de Diana
La espectacular muestra de cariño popular suscitada por la princesa Diana forzó ayer a la reina Isabel II a triplicar el recorrido del cortejo fúnebre previsto para el próximo sábado. Colas de hasta siete horas para firmar el libro de condolencias o decenas de miles de ramos de flores ante los palacios de Buckingham y Kensington son sólo algunas muestras del fenómeno. En vez de salir de la capilla del palacio de St. James, donde permanece desde el lunes, el cuerpo de Diana será trasladado el viernes por la noche a la que fue su residencia en Kensington, para, desde allí, partir al día siguiente por la mañana hacia la abadía de Westminster para el funeral. El recorrido inicial, de aproximadamente 1,5 kilómetros, ha sido ampliado hasta casi cinco kilómetros."Era lo mínimo que podía hacer la reina", fue la primera reacción de muchos británicos ante la noticia. Buckingham desmintió haber reaccionado así por la demanda popular y dijo que se trataba de garantizar la seguridad de quienes el sábado van a tomar la capital, unos tres millones de personas, algo nunca visto en Londres. Para permitir que el mayor número de interesados pueda ver la ceremonia fúnebre, en Hyde Park se instalarán dos pantallas gigantes. Todo el cortejo y la ceremonia fúnebre serán retransmitidos al mundo por unas cien cámaras de televisión, que ofrecerán imágenes que previsiblemente serán vistas por unos 2.500 millones de personas, casi la mitad de la población mundial.
Al tiempo que los frenéticos preparativos callejeros, se desarrollan intensas gestiones sobre las aproximadamente 2.000 personalidades de todo el mundo invitadas a la ceremonia fúnebre. Por cuestiones de protocolo, dado que no se trata de un funeral de Estado, se intenta evitar la presencia de jefes de Estado. También se ignora qué miembros de la familia real británica asistirán a los actos. Páginas 3 a 5
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