Bereberes de todo el mundo se reúnen en Canarias para luchar por la "defensa de la nación amazigue"
Varias decenas de asociaciones culturales amazigues (bereberes), procedentes de una veintena de países de África, Europa y América, están reunidas desde ayer y durante cuatro días en Tafira (Gran Canaria). Se trata de debatir "los problemas de la lengua y de la cultura amazigue", según sus organizadores, que se han constituido en Congreso Mundial Amazigue (CMA). Objetivo de la reunión: luchar por la defensa de la nación amazigue", que se encuentra hoy "negada en su propia existencia".Aunque el CMA declara ser una organización "independiente de los Estados y de los partidos políticos", a nadie escapa que la columna vertebral del movimiento se encuentra en Argelia y en Marruecos, donde no sólo reside la mayor parte de la población bereber, sino también sus partidos más representativos, como el Frente de Fuerzas Socialistas y el Reagrupamiento por la Cultura y la Democracia argelinos, y el Movimiento Nacional Popular marroquí.
"Esperamos 350 congresistas", estima Mabrouk Ferkal, presidente del CMA, "que vienen de todos los países de África del Norte y del Sahel, y también de Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, Reino Unido, Italia, Suecia, España y EE UU".
El contorno cultural queda bastante difuso a la hora de definir las fronteras de "el país Tamazgha", del que exigen su apropiación. Ambigüedad que permite coexistir, en el interior del universo asociativo bereber, a organizaciones extremistas que reivindican el independentismo canario, rifeño, kabil o tuareg, con otras de tipo cultural folclórico más emparentadas con orientaciones políticas conservadoras. Pero todas ellas defendiéndose de la imposición del árabe como lengua oficial única y del apelativo de "país árabe" para las naciones en las que viven, declara uno de sus principales dirigentes, el marroquí Ouzzin Aherdan.
Tamazgha viene a situarse geográficamente en el Magreb histórico (Marruecos, Argelia y Túnez), con prolongación en la zona geográfica saheliana habitada por un millón de tuaregs (Malí, Níger, Mauritania, Burkina Faso y Chad) y extendida por Oriente hasta Libia, donde una sexta parte de la población (500.000 almas) se reclaman bereberes, aunque el régimen del coronel Muamar el Gadafl niegue su existencia, y por Occidente hasta el archipiélago canario.
Fuera de la localización histórica de Tamazgha, gran "nación" para la que algunas asociaciones piden la independencia y la soberanía, los vínculos histórico-culturales de la berberidad con otras minorías en el mundo no dejan de ser objeto de polémicas y conjeturas.
La elección del archipiélago canario para la realización de este congreso bereber, que sus organizadores consideran como "la cita de la reconciliación de África del Norte con su historia", va a llevar agua al molino de las tendencias autonomistas e independentistas guanches activas en las diferentes islas.
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