El alcalde de Brunete suple la alta de concejales adictos dando a las peñas atribuciones municipales

Como el alcalde de Brunete, Julio Fernández, independiente, no tiene ni un solo concejal que le ayude en su labor de Gobierno, ha decidido que las peñas populares ocupen el lugar de los políticos. Desde principio de mes, el regidor de este pueblo de 3.950 habitantes ha dado carta blanca a los integrantes de las peñas para que entren en los despachos municipales con el fin de organizar las fiestas patronales de este año.Los miembros de estas asociaciones lúdicas, según reconoce el regidor, han organizado las fiestas, contactado con los patrocinadores, decidido los actos que se celebrarán, fechas, recorrido de los encierros...

"Pero, al final, todo lo tengo que supervisar yo. Yo soy el único que puede firmar y aprobar los gastos; que eso quede claro", justifica esta situación el regidor. Las fiestas patronales de Brunete cuentan para este año con un presupuesto de 18 millones de pesetas.

La oposición (es decir, todos los concejales menos el alcalde) se echa las manos a la cabeza.La portavoz del PP, Concepción iglesias, comentó ayer: "Da bochorno hablar sobre este asunto. Es inconcebible que personas ajenas al Ayuntamiento puedan entrar en los despachos con total impunidad y hacer uso del material municipal. Y lo que sería más grave, que sustrajesen documentos confidenciales de los vecinos. Esto no puede continuar así".

Fernández responde que Iglesias "debería estar callada, en vez de criticar a las personas que trabajan gratis, por el pueblo", señaló en referencia a las peñas.La situación Política de Brunete es muy complicada. El regidor gobierna solo desde el pasado julio, cuando fue abandonado por el último concejal que le apoyaba: un edil socialista. Todos los demás (cinco del PP, dos independientes y dos de IU) estaban ya en la oposición. Por eso, y en virtud de su mayoría numérica, le interpusieron una moción de censura.

Pero Fernández se niega a convocarla. Dice que no hay motivos suficientes para que deje el cargo. "Sigo aquí por el bien de Brunete", dice.