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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

No pasa nada

"NO PASA nada", dijo ayer Anguita en televisión, imitando al suicida que se arroja desde la terraza y al pasar por el cuarto piso exclama: "Pues por ahora voy bien,". No pasa nada, pero en Cataluña y en Galicia parece inminente la ruptura, tras las nuevas amenazas del coordinador general, reiteradas también contra la corriente de Nueva Izquierda.De una sola tacada, Anguita ha amenazado a los catalanes de Ribó con no apoyarles en1as elecciones autonómicas; a los gallegos de Guerreiro, con expulsarles de la coalición si no revocan en una asamblea extraordinaria su acuerdo con los socialistas para las elecciones de esa comunidad, y a los de Nueva Izquierda, con mandarles a casa antes incluso de que se reúna la famosa V Asamblea Federal, la madre de todas las asambleas, en la que "por fin vamos a discutir de política entre nosotros". Entre nosotros, es decir, después de habernos librado de los caballos de Troya enviados por el enemigo.

El coordinador general y su equipo tienen a gala su coherencia, el ser muy consecuentes con sus principios. En política siempre es posible 'encontrar argumentos para defender cualquier cosa, pero, por muy coherentes que sean cada una de las decisiones de la dirección de IU -es decir, del sector mayoritario del Partido Comunista de España-, algo debe estar fallando cuando los efectos de esa política son, entre otros, los siguientes: el enfrentamiento a muerte con los sindicatos de clase a cuenta de la reforma laboral; el alineamiento con el sector más autoritario del Gobierno de la derecha en la ofensiva por tierra mar y aire contra los medios que considera no afines; la ruptura del consenso antiterrorista en los ayuntamientos vascos, avalada por declaraciones literalmente incomprensibles del coordinador general; la creación en el seno de IU de un ambiente de purga contra toda disidencia interna, con el respaldo del sector guay de la prensa de derecha, que jalea la coherencia de Anguita y le invita a acabar con los submarinos del PSOE.

La posición del equipo dirigente de IU es imbatible: cuando alguien disiente es porque se trata de un agente del enemigo. Y las críticas. de los, medios de comunicación sólo demuestran que la burguesía, con' 200 años de experiencia, sabe reconocer a sus verdaderos enemigos. En conclusión, hagamos lo contrario de lo que nos sugieren. Además, ya se sabe que el aparentemente mas próximo es siempre el peor enemigo: el P de Mayo del año pasado Anguita dijo que tenía pocas esperanzas en la política económica del PP porque los criterios de Maastricht le llevarían, a practicar la misma política que los socialistas. No reprochaba a los socialistas hacer la política de la derecha, sino a la derecha hacer la misma política que los socialistas. Se empuja a los disidentes a marcharse diciendo que "en espíritu" hace años que están fuera o que su proyecto está más próximo al del PSOE que al auténtico de IU, y cuando se van o se acercan a los socialistas para no quedar a la intemperie se presenta su alejamiento como prueba de aquello de que se les acusaba.

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El coordinador general de Izquierda Unida aludió ayer a la "irritación" existente en las bases por la "tolerancia" mostrada por la dirección hacia Nueva Izquierda. Si es así, se trataría de un fracaso de la pedagogía del fundador de IU: un proyecto nacido para reagrupar a los dispersos sectores de la izquierda política y social mediante lazos diferentes a los de los partidos clásicos. Un mínimo de disciplina es necesaria en toda formación política, aunque sea una coalición; pero que tres diputados se ausenten del hemiciclo para no votar contra los sindicatos, respetando su autonomía, debería considerarse un gesto de buena voluntad hacia quienes habían ordenado votar de esa manera a un partido de izquierda, y no una ruptura de la disciplina. La liquidación del pluralismo de IU en que se ha embarcado el núcleo duro del PCE no puede dejar de tener negativos efectos electorales, y de ahí que las vías de agua se multipliquen. Abandonada la esperanza del sorpasso, fracasada (primero en Andalucía, luego en toda España) la teoría de las dos orillas, la tentación más fuerte es ahora la de atrincherarse al frente de un partido cada vez más estrecho y más firme, y también más alejado de cualquier posibilidad de gobernar.

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