El Barça atrapa el Gamper en los penaltis

Por penaltis. El Barça no tuvo más remedio que recurrir a las penas máximas para adjudicarse su torneo ante el Sampdoria del nostálgico Menotti. No tembló el debutante Rivaldo al chutar el primero ni Celades para transformar el sexto y definitivo. Los jugadores podrán presumir al menos de que tirar penaltis va con ellos: seis aciertos de seis tiros. Pero decididamente este Gamper no pasará a la historia: disputado a un partido, engullido por la Liga de Campeones y la Supercopa, y vencido de la forma más prosaica. Tampoco mereció más el Barca: mejoró su imagen en la primera mitad, pero se desfondó en la segunda y permitió que los italianos empataran en un par de minutos.Rivaldo fichó y debutó disputando 45 minutos. El brasileño se imitó a sí mismo marcando de penalti como hizo dos días antes con el Deportivo en el Teresa Herrera. Anderson puso la esperanza y, el equipo mostró una imagen aún demasiado tierna. Van Gaal puede esgrimir que no ha perdido aún ningún partido, pero derrotó al Skonto de penalti y en el último minuto y ayer tuvo que recurrir a lo mismo. El holandés dijo el martes, antes del día del Skonto, que para jugar con tres defensas, tal como hizo en la segunda parte ante el Mallorca, necesitaba un zurdo. Núñez le puso en bandeja de plata en tres días a Rivaldo y el holandés cumplió con lo prometido. El técnico archivó el espíritu de Robson y apostó por un esquema más valiente y más parecido al del Ajax: 3-3-3-1.

El partido agradeció la presencia de Iván de la Peña, un futbolista capaz de sorprender y de alimentar jugadas de gol, y el debut dé Anderson. El brasileño no tardó en mostrar sus credenciales: dos escapadas notables nada más empezar el partido, el primer aperitivo para aguardar la salida de Rivaldo, y un gol cuando apenas se llevaban 10 mínutos de juego. La primera piedra para empezar a combatir el fantasma de su antecesor. Pero Anderson, un futbolista más solidario y nada estático, destinado a comprenderse con De la Peña, necesitará bula. No quiere que le midan con el mismo rasero que, a Ronaldo. No debe ser justo soportar comparaciones con el mejor.