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CAMPEONATOS DEL MUNDO DE ATLETISMO

África aplasta en 5.000

Molina y Pancorbo, siempre contracorriente, sólo pudieron ser octavo y noveno en la prueba

El keniano Daniel Komen, que el miércoles dirimirá en la reunión de Zúrich un duelo en la cumbre con el etíope Haile Gebreselassie en pos del récord del mundo de 5.000 metros, dejó claro que es un gran campeón y que el poder africano es imparable en las pruebas de fondo. Ganó Komen, le siguió el marroquí Boulami y tercero fue el keniano Nyariki.Antes hubo un espejismo. Se llevaban apenas 1.500 metros de la final y Dionisio Castro atacó para hacerse ver, más que otra cosa. De repente se encontraron en cabeza cuatro atletas blancos. Además del portugés, el norteamericano Kennedy, el alemán Baumann y el español Pancorbo. Éste anduvo bien ayer al principio, pese a que no confiaba recuperarse de la semifinal. Coqueteó con el keniano más activo, Nyariki, mientras Baumann y Kennedy parecían muy fuertes. El alemán incluso se destacó unos metros al paso de los 2.000 metros.

Pero todo se acabó cuando el mejor keniano, el genial Daniel Komen, dijo ya está bien a los 3.000. Los pasó en 8.05.15 y desde ese momento se acabó la posibilidad del oro para sus adversarios. Komen fue inalcanzable, con parciales fabulosos de 2.30m por cada kilómetro. Los movimientos por detrás fueron sólo por los dos lugares de acompañamiento en el podio. Y se demostró que los marroquíes también estaban fuertes.

Boulami le quitó la plata a Nyariki y Sghyr, en un sprint que parecía por medalla en lugar del cuarto puesto, se cargó a un especialista como Baumann. Molina sólo pudo ser octavo tras Kennedy y el tercer maroquí Lahssini, y Pancorbo ganó el noveno puesto al etíope Bayissa en la misma meta.

El hombre de la prueba fue Komen, un muchacho de 21 años que asusta a todos, incluido a Haile Gebreselassie. El campeón keniano no parece tan fino como el pasado año, pero puede que todo sea un espejismo antes del enfrentamiento con el etíope en los 5.000 de Zúrich, donde ambos atacarán el récord del mundo (2.44.30). Pocas carreras tendrán tanto atractivo como ese duelo entre los dos magos africanos de las carreras de fondo.

Donovan Bailey se consoló con el oro en el relevo 4 x 100 masculino, pero debió tener el regusto amargo de que no estaba el eliminado Estados Unidos. Junto a Esmie, Surin y Gilbert, el equipo de Canadá hizo 37.86, la mejor marca de la temporada ante Nigeria y el Reino Unido, que le quitó el bronce a Cuba por una centésima. En 4 x 400, mientras Estados Unidos dominó en hombres al Reino Unido, pese a no poder contar con Michael Johnson, las alemanas ganaron en un apretado final ante las nortamericanas, Jamaica y Rusia (que ha purgado unos campeonatos pobrísimos). Fue, sobre todo, gracias a un último relevo de Grit Breuer que vuelve así a los podios que abandonó bruscamente hace unos años para purgar el uso de dopaje en que fue cazada junto a la velocista Katrin Krabbe. Fue así un premio a la rehabilitación, como el título de 100 vallas. En ausencia de la norteamericana Gail Devers, se impuso la sueca Ludmila Engqvist, ex Narozhilenko soviética, campeona mundial en Tokio 91 y que volvió a la cumbre en Atlanta 96 tras otro largo paréntesis de cuatro años de sanción por dopaje.

En altura femenina la noruega Hanne Haugland, segunda mejor marca mundial de la temporada, mantuvo el orden establecido también en ausencia de la número uno y plusmarquista mundial, la búlgara Stefka Kostadinova. Se conformó con no llegar a los dos metros, 1,99. Y en disco masculino sucedió más o menos lo mismo. El alemán Lars Riedel, dominador abosluto de la especialidad, tampoco dio opción ayer, aunque lejos de sus 71,50 metros del 3 de mayo. Pero sus 68,54 le bastaron para ganar por casi dos metros de ventaja.

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