Los etarras Antxon, Makario y Peio, entregados a España por la República Dominicana

El ex número uno de ETA Eugenio Etxebeste, Antxon; el sanguinario integrante del comando Madrid Ignacio Aracama Mendía, Makario, y el también etarra Jose María Gantxegi Arruti, Peio, fueron expulsados ayer de la República Dominicana y llegaron a las 22.40 a Torrejón de Ardoz (Madrid) en un Boeing 707 de la Fuerza Aérea Española que había despegado de Santo Domingo a las tres de la tarde. El ministro del Interior, Jaime Mayor, agradeció muy especialmente la entrega de los tres terroristas al presidente del país centroamericano, Leonel Fernández, que adoptó la decisión tras sus contactos con Aznar. En la isla han quedado otros dos deportados del antiguo comando Madrid. Belén González Peñalva y Ángel María Iturbe. Con Antxon a la cabeza, todos ellos componían el aparato de interlocución de ETA en la isla para eventuales contactos o negociaciones con el Gobierno español.

Antxon, Makario y Peio fueron trasladados a las once y veinte de la noche de ayer desde la base de Torrejón de Ardoz, y tras ser sometidos a un reconocimiento por una comisión judicial, a dependencias policiales en el barrio madrileño de Moratalaz. Los tres etarras, que iniciaron sus vacaciones en la República Dominicana en 1989, tras el fracaso de las conversaciones de Argel, tendrán que responder de numerosos atentados y asesinatos, en especial Aracama Mendía, Makario, que cuenta con uno de los historiales más sanguinarios entre los miembros de la banda.Después de aquellas reuniones, la República Donminicana accedió a acoger a seis integrantes de ETA. De ellos sólo quedaban cinco en ese país al haberse entregado voluntariamente Juan Manuel Soares Gamboa a las autoridades españolas para ser juzgado y poder acogerse a las medidas de reinserción.

El ministro del Interior, Jaime Mayor, informó ayer en una conferencia de prensa de que el presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, había decretado la expulsión de los tres etarras y su entrega a las autoridades españolas. Fernández adoptó su decisión con el respaldo del artículo 55 de la Constitución dominicana, que le faculta para expulsar extranjeros "cuyas actividades fueren o pudieren ser peijudiciales al orden público o las malas costumbres".

Según fuentes de Interior, se optó por la vía de la expulsión en vez de por la de la extradición porque ésta requiere fórmulas burocráticas más complejas. Sobre el ex número uno de ETA, Antxon, principal interlocutor por parte de ETA en las conversaciones de Argel, pesaba una demanda española de extradición. Las autoridades judiciales de la Audiencia Nacional habían reclamado la éxtradicion de Makario hasta en cinco ocasiones.

Los contactos de las autoridades españolas con las dominicanas para lograr las expulsiones se iniciaron en 1996, con ocasión de un viaje de Fernández a España en el que se entrevistó con Aznar. El secretario de Estado para la Seguridad, Ricardo Martí Fluxá, viajó luego a Santo Domingo, donde se reunió con Fernández.

Pero fue a raíz del asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco, el pasado 12 de julio, cuando las gestiones se aceleraron. Una semana después, Martí Fluxá se trasladó de nuevo a Santo Domingo y entregó a Fernández amplia documentación sobre las acciones de ETA y las protestas que las mismas generaban dentro y fuera del País Vasco. A esa reunión se sumó una nueva conversación telefónica de Aznar con el presidente dominicano y a lo largo de esta última semana hubo nuevos contactos. A partir de ese momento, el proceso de expulsión de los etarras entró en su recta final. Concluyó ayer, cuando tras llegar a la base de Torrejón, fueron trasladados en tres coches y rodeados por fuertes medidas de seguridad hasta las dependencias policiales de Moratalaz.

Mayor indicó que el Gobierno español hizo un "planteamiento global" sobre los deportados, es decir que la petición de entrega afectaba a todos ellos. No obstante, el presidente dominicano ha optado por permitir que continúen allí Belen González y Ángel Iturbe. La primera está reclamada por la Justicia española por su participación en varios atentados con víctimas mortales. El segundo, hermano de Txornin Iturbe, el que también fuera número uno de ETA y que falleció en Argelia en accidente de tráfico, no tiene causas pendientes.

Para Mayor Oreja, la expulión de estos etarras no supone cerojazo alguno a la posibilidad de iniciar un hipotético diálogo con a banda. "Nada estaba abierto ni errado porque la llamada ventailla de Santo Domingo o él denominado aparato de interlocución era, en realidad, una farsa que sólo servía para alguna que otra maniobra para ser utilizada de altavoz internacional de ETA".

En los últimos meses, el premio nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel o la organización pacifista vasca Elkarri han sido algunos de los escasos interlocutores del grupo de Antxon. Fue Pérez Esquivel quien reveló que Antxon había vivido con "gran preocupación" el secuestro y asesinato de Blanco.

Mayor valoró la entrega de Antxon, Makario y Peio como un paso que debe ser considerado un avance en la normalidad, en el cumplimiento de la ley, terminando con una situación anómala, excepcional desde el punto de vista jurídico y del Derecho Internacional, que además era completamente inútil". "A ETA le beneficia todo lo que signifique farsa, inutilidad o esterilidad", agregó.

Apoyo de todos

El ministro significó que la deporación a Santo Domingo de los inerlocutores de Argel fue apoyadan su momento por todos los partidos, incluido el PP: "En aquellos años, la decisión del Gobierno fue espaldada por todos, también por nosotros. Estoy convencido e que también ahora la respuesta de todas las formaciones estará en el mismo criterio de unidad que caracterizó aquella determinación que adoptamos todos juntos".El titular de Interior destacó la actitud "ejemplar y generosa" de la República Dominicana cuando accedió a acoger a los etarras "en un momento difícil para el Gobierno de España" y reiteró que la resolución del presidente dominicano ha puesto de manifiesto la misma ejemplaridad y generosidad.

En su opinión, con la entrega de los tres presuntos terroristas "se pone de manifiesto no la fortaleza de un Gobierno, sino la fortaleza de la democracia española, que permite ir avanzando tenazmente y con perseverancia en la lucha contra el terrorismo".