Juicio a la imprudencia
Messner pide una conferencia alpinista europea tras la serie de accidentes mortales
El célebre alpinista italiano Reinhold Messner ha propuesto la celebración de una conferencia europea de alpinistas para estudiar los errores que se cometen en la montaña, que en dos semanas se ha cobrado en los Alpes casi 50 víctimas mortales, la última ayer, un alemán de 19 años que resbaló y se precipitó desde una altura de 3.000 metros en una de las montañas dolomíticas. Ayer también se dieron por desaparecidas a tres personas en el macizo alpino, dos hombres y una mujer.Según Messner (el primer alpinista del mundo que escaló las 14 cimas de la Tierra de más de 8.000 metros -en 1986 ya las había completado- y que llegó al Everest sin bombona de oxígeno), si no se convoca esta reunión para establecer nuevas reglas, los gobiernos de los países alpinos (Italia, Francia, Suiza y Austria), "acabarán decidiendo la clausura de las montañas".
Según recoge La Repubblica el martes Messner escalaba el Gran Zebru, de los Dolomitas, en el que ese día perdieron la vida ocho escaladores. "Las condiciones para la subida", según Messner, "no eran ideales: hacía mucho calor, la nieve era blanda, nosotros estábamos sobre una cresta difícil pero segura, mientras que los muertos estaban en una pendiente". "Probablemente", continúa, "la nieve, inestable por el calor, se deslizó sobre el hielo y cedió bajo los clavos de las botas de los escaladores".
La nieve desmenuzable, la imprudencia de los alpinistas y la falta de responsabilidad de ciertos guías están en el origen de la hecatombe en los macizos alpinos este verano, según los grandes alpinistas italianos. "No ha habido primavera este año. Ha nevado por debajo de los 2.500 metros hasta junio. A esta altura la nieve fresca no resiste. No se puede escalar. Vale más renunciar", indicó ayer Lino Lacedelli, uno dejos primeros alpinistas que hollaron la cumbre del K2 (8.611 metros), en el Himalaya del Karakorum, hace 43 años. "Algunos guías salen a la ligera a menudo por motivos económicos. Están dispuestos a organizar ascensiones puramente comerciales por grandes cantidades de dinero", afirma. Según Lacedelli, sólo de un 2% a un 3% de los accidentes mortales se deben a la fatalidad. El resto se debe a la imprudencia.
Según otro célebre alpinista italiano, Toni Valeruz, la montaña no debe ser un negocio. "Cada vez llegan más personas los viernes por la tarde que deciden, cueste lo que cueste, llegar a determinada cresta el fin de semana", declaró en el Corriere della Sera. Valeruz estima que priman el deseo de rapidez y los equipamientos ligeros en detrimento de las reales condiciones de escalada. Según él, los guías deben garantizar el respeto de las reglas de la montaña y no olvidar su oficio con el pretexto de ganar hasta unos 222 dólares, unas 35.000 pesetas, por un día de escalada. "Atrasar o anular una ascensión no es un fracaso, sino una simple victoria de la inteligencia frente a la realidad", aseguró Valeruz.
Para Messner, muchos empiezan muy seguros de sí mismos: "No es suficiente tener un teléfono móvil que permite pedir socorro para afrontar la montaña. Al contrario, es una seguridad aparente que conduce a la imprudencia".
Messner reflexiona sobre el hecho de que varios de los muertos del martes eran excelentes escaladores: cuatro bomberos y un guía experto que dio poco antes la alarma de la caída de las cuatro primeras víctimas. "Antes morían quienes no sabían ir; ahora mueren hasta los bravos, lo que quiere decir que pensamos en controlarlo todo, pero la gran montaña es incontrolable", explica el alpinista italiano, que ha perdido dos hermanos escalando las montañas. Sobre la muerte del guía, Hermann Pinggera, Messner dice desconocer cómo sucedieron los hechos, pero afirma: "Hay que estar atentos para usar la excusa de la desgracia, porque no es la montaña la que comete errores, sino el hombre".Con tantos adelantos, según Messner, se ha creado el problema: "La gente no ve ya la montaña como algo grande y difícil, no tiene respeto ni miedo, ha transformado la montaña en una cartulina ilustrada. La gente ve una cumbre en televisión y quiere ir a subirla, después encuentra la nieve blanda, el temporal o el alud. Todos suben con el móvil para llamar al helicóptero en caso de peligro, pero a menudo es demasiado tarde".
Los féretros, en España
Los féretros con los cadáveres de los cuatro escaladores andaluces que murieron el fin de semana en el Mont Blanc llegaron ayer a Madrid en avión desde Milán. Pasaron la noche en Barajas y hoy por la mañana llegarán a Sevilla. Federico Merás y Patricio Guerra serán enterrados en Sanlúcar la Mayor (Sevilla); Ignacio Cote, en Sevilla, y Rafael Castillo, en Córdoba.
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