"¿Que si quiero jugar? Vale"

Paulo Futre sería capaz de echarse un partidito con el Atleti. Y si es contra el Real Madrid el sábado 30 de agosto en el Santiago Bernabéu, mejor. ¿Por qué pedir menos? Será el primer partido del campeonato de Liga 1997-98 y en medio de semejantes galas el portugués podrá rememorar aquella noche de enero de 1993 en que salió por la puerta grande de la parroquia enemiga. El Atlético le ganó al Madrid por 1 a 0. Futre terminó mirando el partido desde el túnel de vestuarios del Bernabéu. Luis Aragonés lo había retirado, y se gestaba el conflicto que los enfrentaría a ambos hasta terminar con otra de las explosivas reacciones del delantero. "Me da igual jugar en el Atlético o irme a la China". Fue su última noche, con el Atlético, su última noche en el fútbol español. Lo esperaba el Benfica, el Olympique, el Reggiana, el Milan, el West Ham, una rotunda lesión de rodilla. ¿Rotunda?Visiblemente emocionado, el 10 de diciembre de 1996 Futre anunció que dejaba el fútbol. Tres años de inactividad por lesión lo habían sentenciado. Pero ocurrió que Paulo nunca rompió los estrechos contactos que lo unieron al club del Manzanares. Con Jesús Gil, el presidente, siempre tuvo una buena relación por encima de esporádicos enfrentamientos verbales que terminaron en abrazos y piropos recíprocos. El portugués, asumiendo su papel de futbolista retirado, se dedicó en los últimos tiempos a representar a Gil en Italia.

Un día, todavía no terminada la pasada Liga, cuando se auto compadecía por la decadencia de su estado físico, Futre se fijó en la plantilla que se entrenaba bajo la dirección de Antic. Los futbolistas en activo. "Me estaba acostumbrando bien a una vidamuy normal", cuenta. Haciendo pasillos, relaciones públicas -un talento en la materia-, Futre pasaba los días de la última primavera. "Pero para no ponerme gordo hice unos entrenamientos con el equipo y el míster me dijo que yo todavía lo podía hacer muy bien y, me preguntó si quería jugar...". Futre confiesa que se llevó una sorpersa: "Fue un choque muy grande". Inmediatamente comenzaron los preparativos para el regreso. Reuniones con los galenos, exámenes médicos, pruebas a la rodilla, y roductos naturales" que por el momento están surtiendo un efécto más que satisfactorio. No duda en asegurarlo: "Hasta ahora voy fenomenal".

Paulo se contiene pero transpira entusiasmo. Se entrena todos los días con la plantilla, corre. como el que más, y suda más que ninguno. Si una multitud lo asedia en pos del autógrafo, la foto, el abrazo, la sonrisa, Futre accede. Se siente bien entre las aclamaciones. No es un jugador rojiblanco más, ejerce de relaciones públicas de la plantilla: coordina a sus compañeros, combina para que posen ante la prensa, y derrocha simpatía. Lo disfruta. "Esta afición me tiene mucho cariño porque yo siempre fui honesto en todo lo que hice, siempre lo di todo", recuerda. Quizás el delantero evoque los partidos que jugó enfundado en la elástica rojiblanca, blanco predilecto de los defensas contrarios. Está haciendo un gran esfuerzo y hace su confesión: "Si vuelvo lo haré sólo por el Atlético".

Es más que probable que Futre esté presente hoy en el acto de presentación de la plantilla en el Vicente Calderón. Pero si vuelve y juega se destapará el caldero de los interrogantes. ¿Será un futbolista más? ¿Cómo se llevará con Antie? Él sostiene que con el serbio tiene una gran relación. Afirma que sólo es un futbolista "y nada más". Y destila deseos de volver.

Saltar al Calderón ante sesenta mil personas, que su rodilla funcione, desplegar la magia del emblema recuperado. "Es mi sueño". De momento, estar en el Bernabéu el 30 de agosto para enfrentar al Madrid de las estrellas será, en sus palabras, "óptirno". Y pensar que estaba haciendo una vida muy tranquila, "muy normal"