Gerhard Berger aleja los fantasmas
El austriaco volvió al Mundial tras fallecer su padre y ser operado y ganó en Alemania
Gerhard Berger (Benetton-Renault) logró frenar su caída, alejó sus fantasmas y demostró que a sus 37 años sigue siendo tan competitivo como el que más. Berger regresó ayer al Mundial de fórmula 1 tras una ausencia de tres grandes premios (Canadá, Francia y Gran Bretaña) debida a una operación de sinusitis y una infección bucal, y tras el fallecimiento de su padre en un accidente de aviación hace dos semanas, y ganó el Gran Premio de Alemania que se disputó ayer en el circuito de Hockenheim. La segunda posición fue para el alemán Michael Schumacher (Ferrari) y la tercera para el finlandés Mika Hakkinen (McLaren Mercedes). Schumacher se coloca ahora a 10 puntos del canadiense Jacques Villeneuve, al frente de la clasificación mundial.Para Berger, el decano de la fórmula 1, ésta es la décima victoria de su larga carrera y la segunda que consigue en Alemania. Sin embargo, su triunfo adquirió una dimensión especial, puesto que su propia escudería puso en duda su calidad y parecía incluso más dispuesta a dar continuidad a su sustituto, Alexander Wurz, que a restituirle la confianza. Sin embargo, es difícil que el austriaco corra la próxima temporada con Benetton. Los expertos le sitúan ya en el equipo Sauber y dan al italiano Giancarlo Fisichella como su sustituto.
El piloto austriaco fue esta vez quien más acertado estuvo en la estrategia de la carrera. Paró dos veces en boxes para repostar y cambiar neumáticos, y eso le permitió correr siempre cómodo y dejar sólo esporádicamente la cabeza de la carrera. Fue una situación distinta a la que vivieron Fisichella y Michael Schumacher. El italiano llegó a liderar la prueba, pero dejó paso a Berger tras pinchar la rueda trasera izquierda y acabó retirándose con problemas en la suspensión. Schumacher consiguió entrar en boxes antes de pinchar, pero ya con una rueda muy deteriorada.
La carrera fue horrible para los dos pilotos de Williams-Renault. Villeneuve sufrió un trompo y abandonó la carrera a 12 vueltas para el final cuando iba quinto. Y Heins-Harald Frentzen se retiró al término de la primera vuelta, tras recorrer seis kilómetros sobre una llanta por culpa de un pinchazo provocado por un toque con Eddie Irvine.
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